Quedan pocas semanas para el comienzo del mes sagrado de Ramadán 1446-2025. Un periodo de ayuno, reflexión y unión en el que es uno de los cinco pilares básicos del Islam.
En este mes se conmemora la revelación del Sagrado Corán al Profeta Mahoma por parte del Ángel Gabriel, en el año 610. Marcando de este modo, el comienzo del Islam. Una conmemoración que trae consigo un fuerte sentido religioso.
El comienzo de este mes no se conoce hasta poco tiempo antes, con la observación directa de la luna (hilal). Un hecho que es causa de profundo debate, puesto que el Ramadán en Melilla y Ceuta este año suele comenzar en fechas distintas que en el resto de países. Los musulmanes melillenses siguen el avistamiento lunar de Marruecos, que puede coincidir o no con el de Arabia Saudí que es el que rige la comunidad en la península.
Si se avista la luna nueva después de ponerse el sol del día 23 del mes de Sha'ban, entonces significa que ya es primero de Ramadán. Si no se ve la luna nueva después de la puesta del sol de la víspera del día treinta de Sha'ban o no se ve por nubes, polvo u otros en el aire, entonces este mes completará treinta días.
Para este año, ya se debate si la fecha exacta se producirá bien el 28 de febrero o el 1 de marzo. De este modo, se da el hecho de que este año el Ramadán podría durar menos de 30 días.
La Ciudad Autónoma ya ha comenzado con los preparativos de este mes, puesto que ya se han instalado la iluminación en zonas de Melilla como el barrio del Rastro. Además, se prevén un sinfín de actividades con el fin de amenizar el Ramadán.
Cabe destacar que el país vecino cambiará la hora a partir del próximo 23 de febrero hasta después del Eid al-Fitr. Los relojes en Marruecos se atrasarán 60 minutos, con lo que al otro lado de la frontera habrá una hora menos que en Melilla durante el próximo mes.
Fuerte sentido religioso
Dejando a un lado el ayuno, el Ramadán trata de promover una serie de hábitos más espirituales, como la relación con Dios o la promoción de una serie de lazos fraternales con familiares y allegados.
Su nombre proviene de las raíces árabes de ar-ramad, que significa "calor abrasador". Durante este mes sagrado, los miembros de la ummah se acercan a Dios y al Corán.
El Faro ha conversado con el imam y teólogo, Abdelaziz Hammaoui, quien destacó como en este mes se incrementan las actividades espirituales, apartando de forma momentánea todo lo que son las necesidades materiales.
Además, a lo largo del mes se multiplica la recompensa por las buenas obras, ya que se dice que las puertas del infierno se cierran, mientras que las del paraíso quedan abiertas. Por ello, la comunidad musulmana se centra más en los actos de adoración como la lectura del Corán, el recuerdo a Dios, la oración y la meditación. Una ocasión, en definitiva, para renovar la fe y el pacto con Dios, así como el vínculo con la comunidad.
"Ramadán es el mes de la hermandad, el perdón y la compasión. Todos anhelamos el perdón de Dios en este bendito mes y para ser perdonados, debemos perdonar. Un corazón lleno de odio y rencores no es apto para recibir la misericordia divina".
Si bien Hammaoui hizo hincapié en la faceta espiritual de este mes sagrado, recalcó que no se trata de un periodo de retiro espiritual, puesto que pese a que las acciones mundanales se reducen, estas no se abandonan del todo. No en vano, el Islam no contempla el ascetismo como doctrina a seguir.
Hammaoui apela a la comunidad musulmana de Melilla a prepararse con anticipación a este mes con el fin de aprovecharlo lo máximo posible. Para ello, recomienda dejar a un lado todas las distracciones y ampliar el tiempo dedicado a honrar a Dios. Algo que califica como "una necesidad para el alma".
Y es que este experto considera que las bendiciones del mes de Ramadán deben aparecer reflejadas tanto en la persona como en la familia. Unos efectos positivos que, según dijo, deben alcanzar todos los rincones de la ciudad autónoma.
Por otro lado, Hammaoui habla de la importancia del sentimiento de comunidad que aflora en este mes sagrado. El Ramadán se vive con el mismo espíritu y con los mismos ritos por los casi 2 mil millones de fieles del Islam que hay en el mundo.
Un sentimiento de familiaridad presente en la ummah, que recorre todos los continentes.
Por lo pronto, Abdelaziz Hammaoui pide a Dios que cubra a la ummah con su misericordia y bendiciones a lo largo de Ramadán. Asimismo, muestra su profundo deseo de que acaben las injusticias y desigualdades en el mundo, un anhelo dirigido especialmente a la Franja de Gaza.
"Ojalá que esas personas, que llevan un año y medio en unas condiciones infrahumanas, puedan vivir este Ramadán sin el ruido de las bombas".