Un total de 363 vehículos fueron denunciados por exceso de velocidad en Melilla durante una campaña especial de control realizada por la Policía Local en coordinación con la Dirección General de Tráfico (DGT). La operación tuvo lugar entre los días 7 y 13 de abril, con el objetivo de intensificar la vigilancia en las vías urbanas de la ciudad y reforzar la seguridad vial.
Durante esta semana, se controlaron 3.102 vehículos, empleando todos los medios humanos y técnicos disponibles. La actuación se enmarca en una estrategia permanente del cuerpo de Policía Local para reducir la siniestralidad y concienciar a los conductores sobre la necesidad de respetar los límites establecidos.
Campaña clave
Según informó la Consejería de Seguridad Ciudadana, esta acción específica forma parte de una línea de trabajo que considera el espacio urbano como el primer lugar donde los conductores adquieren hábitos de conducción. Desde el área se insiste en que estos comportamientos, si no se corrigen a tiempo, pueden trasladarse con consecuencias aún más graves a las carreteras interurbanas.
“Aunque se ha registrado un descenso respecto a anteriores campañas, la cifra de vehículos sancionados sigue siendo preocupante”, apuntaron desde la Policía Local. Estas infracciones, recuerdan, conllevan no solo sanciones económicas y pérdida de puntos del carnet, sino también un riesgo real para la vida de peatones y conductores.
Medidas tecnológicas
La campaña se complementa con nuevas medidas tecnológicas adoptadas por la Ciudad Autónoma en los últimos meses para frenar el exceso de velocidad de forma más eficaz. Desde marzo de 2024, se han instalado en distintos puntos de Melilla dos radares pedagógicos y dos sistemas de fotorrojos, diseñados para actuar tanto con función disuasoria como correctiva.
Los radares pedagógicos están colocados estratégicamente en zonas escolares y áreas con elevado tránsito peatonal. Estos dispositivos no sancionan, pero advierten al conductor cuando supera el límite de velocidad, proporcionando así un aviso directo y visual que busca modificar el comportamiento al volante.
Por otro lado, los sistemas de fotorrojo sí tienen carácter sancionador. Están instalados en intersecciones con semáforos y activan una cámara si un vehículo rebasa la línea de detención cuando el semáforo está en rojo. Esta medida pretende reducir el número de infracciones graves en cruces, donde el exceso de velocidad y el incumplimiento semafórico pueden derivar en accidentes muy peligrosos.
Esfuerzo sostenido
El refuerzo tecnológico responde a la necesidad de seguir reduciendo los datos de infracción. En 2024, según datos oficiales, 3.468 conductores fueron sancionados por circular a velocidad excesiva en Melilla, lo que evidencia que el problema va más allá de actuaciones puntuales y requiere una intervención estructural.
La Consejería ha asegurado que estas campañas no serán aisladas, sino que se integran en un plan permanente de vigilancia que contempla nuevas actuaciones a lo largo del año. El objetivo es claro: reducir las cifras de accidentes, sanciones y víctimas en el entorno urbano.
“Respetar los límites de velocidad es una cuestión de seguridad ciudadana, de protección a la vida”, concluyen desde la Policía Local, que continuará con su labor de vigilancia en colaboración con la DGT.