La llegada de la Reina Sofía al Banco de Alimentos de Melilla este jueves se ha convertido en un acontecimiento inolvidable para la ciudad autónoma. Lo que ha empezado como una visita institucional, ha terminado siendo una jornada cargada de alegría, orgullo y un fuerte sentido de comunidad. Desde las tres de la tarde, cientos de melillenses se han congregado en las inmediaciones del Banco de Alimentos para ver de cerca a la Reina y mostrarle su gratitud. Entre sonrisas nerviosas, aplausos espontáneos y reverencias improvisadas, el cariño de Melilla se hizo sentir.
“Estamos encantados de verla hoy”, decía una mujer, mientras apuraba los últimos detalles antes de recibir a Doña Sofía. A su lado, otra vecina comentaba entre risas, “¿que qué le voy a decir? Pues que muchas gracias por venir y que es muy guapa”. Un tono cercano y afectuoso predominaba en el ambiente, reflejando la calidez con la que ha sido recibida la Reina.
La visita ha tenido un significado especial para muchos colectivos presentes. Los Scouts de Melilla, por ejemplo, han destacado la importancia del acto para visibilizar su labor. “Es un buen recuerdo. No somos muy conocidos en la península, así que esto es muy representativo para nosotros y para el escultismo en España”, ha compartido uno de sus miembros. A pesar de los nervios, tenían claro que lo más importante era expresar su respeto y orgullo.
Las asociaciones y entidades colaboradoras con el Banco de Alimentos también han vivido la jornada con entusiasmo. “Es un detalle muy bonito que hayan contado con nosotros”, afirmaba uno de los monitores que acompañaban a los jóvenes del Centro Gota de Leche. “Es un momento especial para los chavales y también para nosotros”.
Una de las intervenciones más emotivas ha sido la de una representante de la asociación Activas, que reúne a empresarias y emprendedoras locales. “Para nosotros es un orgullo que la Reina venga al Banco de Alimentos. Es como un premio por el trabajo solidario que hacemos”, ha expresado. Aunque los nervios estaban presentes, la emoción era más fuerte. “Le haremos una reverencia como reina que es y le daremos las gracias por toda la solidaridad que representa”.
Desde los centros educativos, también se ha valorado el carácter simbólico de la visita. “Es un reconocimiento a la excelente labor del Banco de Alimentos. Para los estudiantes, es un acto tangible de solidaridad y para nosotros, un verdadero orgullo”, ha comentado un docente.
Incluso desde colectivos como Amlega, asociación LGTBI melillense, se ha destacado la importancia de haber sido convocados: “Es importante que se nos visibilice. Que se nos dé voz desde todos los ámbitos”. Aunque reconocían no saber muy bien qué decirle a la Reina, sí coincidían en el deseo de mostrar respeto y agradecimiento.
Una voluntaria del propio Banco de Alimentos lo resumió con sencillez y emoción. “Esto para mí es histórico. Llevo años viéndola por televisión, y ahora, tenerla aquí, es algo muy bonito”.
Así, entre reverencias, agradecimientos y rostros ilusionados, Melilla ha vivido una jornada para el recuerdo. Una visita histórica que ha dejado una estampa clara: la solidaridad tiene rostro y en esta ocasión, lo ha abrazado una ciudad entera.