Militantes de Coalición por Melilla (CpM), encabezados por Mohamed Bussian, han levantado la voz este jueves para denunciar lo que consideran una situación insostenible dentro del partido. A través de un manifiesto firmado también por Said Mohamed, Lahbib El Kayouni y otros históricos militantes, acusan a la dirección actual de abandono, inacción y ausencia pública desde la operación judicial “Santiago-Rusadir” de marzo de 2024.
El comunicado de prensa describe cómo CpM, que es la segunda fuerza política de la ciudad, se encuentra actualmente paralizada. Según los militantes, salvo algunas intervenciones puntuales en la Asamblea, el partido ha desaparecido del debate político, dejando a afiliados y simpatizantes sin referentes claros ni líderes visibles. Este vacío ha generado no solo una pérdida de confianza entre las bases, sino también una desafección generalizada en la ciudadanía.
Los firmantes destacan que más de 5.500 melillenses confiaron en CpM hace apenas dos años, a pesar de la "intensa campaña de descrédito y acoso" que sufrió la formación. Sin embargo, lejos de reaccionar ante las adversidades, acusan a la dirección de haberse replegado, incumpliendo con las responsabilidades que les otorgan los estatutos del partido. “En ningún otro caso de la democracia española hemos visto una dejación de responsabilidades de esta magnitud”, señala el manifiesto. “Otros partidos han tenido crisis, incluso con dirigentes procesados, pero nunca se ha optado por desaparecer completamente”.
Un punto especialmente crítico es el incumplimiento de las promesas hechas públicamente por figuras del partido. En agosto de 2024, Dunia Almansouri aseguraba que CpM rompería pronto su silencio y volvería a tener voz en la política local. Sin embargo, ya han pasado nueve meses y no ha habido ni pronunciamientos oficiales ni iniciativas visibles. Este silencio ha agravado la situación interna y ha disparado las críticas de las bases, que ahora exigen medidas concretas.
Refundación urgente
El grupo encabezado por Bussian reclama una refundación urgente. Piden la convocatoria de un congreso interno que permita redefinir los objetivos del partido, renovar liderazgos y recuperar los principios básicos sobre los que nació CpM: combatir la desigualdad, luchar por la justicia social y garantizar igualdad de oportunidades en una sociedad marcada por los prejuicios. Para ellos, este proceso no es solo una cuestión política, sino también de respeto al legado de los históricos que fundaron la organización. “Queremos honrar a aquellos que, en tiempos difíciles, lucharon por una Melilla justa y próspera”, señalan.
La crítica al actual funcionamiento del partido incluye también la falta de democracia interna. Según los militantes, CpM se ha convertido en un espacio cerrado, en el que las voces disidentes no encuentran cauce y donde las decisiones se toman sin contar con la militancia. “Necesitamos recuperar la democracia interna para que el partido vuelva a ser de todos, no el patrimonio exclusivo de unos pocos”, remarcan.
En su manifiesto, los militantes aseguran que ya han empezado a organizarse para levantar conciencias y plantear estatutariamente las reformas necesarias. Además, llaman a todos los afiliados a sumarse a este movimiento de renovación, convencidos de que solo así podrán devolver la confianza a la ciudadanía. “Queremos demostrar que CpM está vivo, que seguimos trabajando y que tenemos un programa político racional de progreso que ofrecer a Melilla”, afirman.
La situación del CpM es seguida con atención en los círculos políticos locales. Aunque la dirección no se ha pronunciado oficialmente sobre estas críticas, el creciente malestar interno podría marcar un punto de inflexión en el futuro de la formación. Los militantes que firman el manifiesto advierten: “No vamos a permitir que nuestro partido quede arrinconado, relegado a un desván. Es momento de actuar”.
La ciudadanía melillense, que ha visto cómo CpM pasaba de ser una fuerza política clave a una organización ausente, aguarda ahora una respuesta. ¿Será este el impulso necesario para que la formación vuelva a recuperar su papel en el escenario local? Por el momento, la militancia ha dado el primer paso.
Coalición por Marruecos (CpM) es un partido caudillista, nepotista, corrupto hasta la médula, etnicista, islamista y promarroquí. Este tipo de partidos (que buscan la división y la polarización de la sociedad y no la unión) deberían estar prohibidos en Melilla y en el resto de España. A partir de ahí -y hundidos en la miseria- espero que toda esta gentuza manifiestamente incompetente (cómo quedó demostrado en la legislatura anterior) desaparezca de nuestras vidas y si quieren organizarse políticamente, que lo hagan en su país de origen, no aquí
Ya es tarde, el relevo lo ha cogido SOMOS MELILLA, cpm está en desintegración total.