El presidente de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar, José Luis Martínez Lázaro, insiste en que, junto con el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Enrique Alcoba, entregaron primero un borrador en 2020 y luego en 2022 un documento a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, para bonificar al cien por cien el transporte de mercancías a Melilla, fundamentalmente por barco.
En el documento, titulado ‘Propuesta de artículos cuyo transporte debe ser objeto de compensación’, se citan materias primas y productos intermedios varios, mercancías peligrosas y productos alimenticios de primera necesidad.
Vienen a ser artículos de construcción como cemento, arena, vidrios y maderas; gases, bombonas y derivados del petróleo; y agua, leche, pasta, aceite de girasol, carnes, frutas y verduras, quesos y huevos. Como se puede observar de un vistazo, la mayoría de ellos constituyen productos de primera necesidad y no artículos de lujo precisamente.
Caso aparte es el de los periódicos nacionales, que parece increíble que no lleguen a la ciudad.
Parece justa la petición de los empresarios. Hay que pensar que, si el producto en cuestión se produce en España, al coste del camión para llevar la mercancía hasta el puerto de Almería o de Málaga hay que sumarle los gastos del barco. Son 275 kilómetros desde Málaga y 298 desde Almería, con el agravante de que el combustible está por las nubes desde el comienzo de la guerra de Ucrania.
Si el producto viene de fuera, a los gastos del barco hasta el puerto de destino en la península y del camión desde ese puerto al de Málaga o Almería, hay que sumarle igualmente el coste del barco desde allí a Melilla. Todo esto, dejando aparte el despacho de importación que se realiza en la ciudad autónoma.
Resulta, cuanto menos, curioso, que el transporte de mercancías a Baleares y Canarias sí esté bonificado y no así el que se dirige a cualquiera de las dos ciudades autónomas.
Por ello, la petición de los empresarios tiene todo el sentido del mundo para que Melilla no compita en desigualdad de condiciones con el resto de territorios españoles, y singularmente con los dos archipiélagos, sobre todo si se tiene en cuenta que esas dos comunidades autónomas ya son de por sí más ricas que las dos ciudades, fundamentalmente por el impacto que en ellas tiene el turismo. Un impacto, por cierto, que Melilla anda persiguiendo y que para el que esta bonificación del transporte en general, y de mercancías en particular, también ayudaría.