-
La cofradía rindió homenaje al capataz Manuel Jiménez, poniéndole su nombre a uno de los varales
“¡Qué sencillo es pero qué expresivo!”, ha exclamado una mujer que aguardaba la procesión del Cristo de la Paz, la tercera que ha salido hoy por las calles de Melilla en un Jueves Santo cuya noche se ha tornado fría y con viento. Para contrarrestarlo, la imagen de la Cofradía de la Soledad ha recibido una calurosa acogida de los melillenses desde su salida en la plaza Menéndez Pelayo, frente a la iglesia del Sagrado Corazón, donde la hermandad tiene su sede, y a lo largo de su recorrido.
Antes de iniciar la salida, la cofradía ha homenajeado al capataz Manuel Jiménez, que fue Hermano Mayor de la hermandad, poniéndole su nombre a uno de los varales del trono.
Como novedad, este año ha acompañado la procesión la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Nazareno, en lugar de la Banda de Música de la Ciudad.
Cerca de cien portadores se han encargado de llevar sobre sus hombros la imagen, que representa a Cristo crucificado y muerto en la Cruz. La Cofradía ha estrenado este año túnicas nuevas y se ha remodelado el trono, con varales nuevos que reparten mejor el peso.
Recorrido corto y emotivo
El recorrido de la procesión del Cristo de la Paz ha sido corto (ha salido de la plaza Menéndez Pelayo, bajado por Ejército Español y girado por Cervantes para coger la Avenida Juan Carlos I y después regresar de nuevo a la iglesia del Sagrado Corazón pasando por Castelar y López Moreno) pero no por ello ha sido menos emotivo. Decenas de melillenses han arropado a la cofradía durante el trayecto y han aguardadi su llegada a la Avenida Juan Carlos I, donde las autoridades esperaban en la tribuna oficial. Durante la marcha, los ciudadanos han roto en aplausos en los momentos más emocionantes.
Ha sido la última procesión en salir hoy, a las 20:30 horas, con la última luz del día, pero ha sido la primera que ha alcanzado la carrera oficial.
El vicario episcopal, Roberto Rojo, le ha dedicado unas palabras al Cristo de la Paz. “Es la cruz de nuestra salvación, de nuestra gloria y de nuestra liberación”, ha indicado. A su término, ha rezado un padrenuestro acompañado por los fieles que rodeaban la tribuna.
Como es tradicional, Isabel Navarrete ha dirigido una emocionada saeta antes de que la procesión continuara su camino hasta su recogida, que ha tenido lugar pasadas las diez de la noche.
Nueva cita
La cofradía saldrá hoy viernes de nuevo por las calles de Melilla con la emblemática procesión de la Virgen de la Soledad, que deja una estampa única en la Avenida Juan Carlos I, en la que se apagan las luces a su paso y solo las velas iluminan la vía. La hermandad ha preparado 3.500 para repartirlas entre los melillenses.