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El Renacimiento y el Barroco están a la vista en la iglesia de Melilla La Vieja
Ninguna de las generaciones que vive actualmente en Melilla ha visto la fachada real de la iglesia de La Purísima. Todo el mundo tiene la imagen de que la parte exterior es blanca. Pero lo cierto es que bajo tres capas de cemento pintado hay unas grandes piedras. Ésa es la verdadera imagen de este templo.
Los procesos de rehabilitación que se están desarrollando en este lugar de culto, dirigidos por el arquitecto José Antonio Fernández, están sacando a la luz una cara del templo que nadie había visto nunca. Las piedras estaban enfoscadas con un mortero de cemento que ocultaba los restos de la iglesia edificada en el Renacimiento y en el Barroco, pero también el arco que han localizado y que creen que perteneció a San Miguel.
Gracias a esta reforma, los melillenses podrán ver cómo se superponen los estilos con el paso de los años y las ampliaciones que ha sufrido este templo.
La rehabilitación de La Purísima comenzó en primavera y tiene un plazo de ejecución de ocho meses. Para finales de año esta obra debe estar terminada. Pero, ¿por qué ha sido necesario cerrar el templo? El terremoto del pasado 25 de enero produjo grandes daños en el interior de la iglesia. Grandes grietas y estructuras dañadas fue el resultado del seísmo. Aunque ha traído algo ‘bueno’: una rehabilitación completa de las paredes y techos con un presupuesto de más de 770.000 euros que abona directamente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Dos estilos a la vista
Los melillenses no pueden entrar aún en este lugar de culto. No obstante, si pasean por la zona pueden ver la diferencia entre la primera iglesia de estilo renacentista tardío y la reforma que llegó en el Barroco.
La parte inferior de la fachada se ha limpiado del enfoscado de cemento y ya se pueden ver las grandes piedras. Pero si levantan la vista hacia arriba, observarán que hay una zona que sigue con esta cubierta. Se trata de un triángulo que marca dónde comienza la zona barroca, aunque se eliminará el blanco y se pintará de un color similar al de la piedra.
Si tienen buen ojo, podrán ver dos huecos grandes circulares. Se trata de óculos que estaban ocultos y que han sido destapados en esta rehabilitación. Incluso en la torre se pueden apreciar, por el cambio de materiales y de las piedras utilizadas, las diferentes ampliaciones del campanario.
Nuevas puertas y ventanas
En el interior sucede algo parecido. Los obreros que han ido reparando las grietas han tenido que parar en más de una ocasión porque encontraban elementos que merecían la atención de los técnicos. Puertas, ventanas, dibujos en los marcos e incluso hornacinas que fueron tapadas con el paso delos años.
El arquitecto encargado de la obra explica que ahora el concepto de rehabilitación es diferente al que había antes. Además, comenta que cada persona que estaba al frente de la iglesia ha realizado una reforma en la que quería dejar su huella. De ahí la mezcla de estilos y los cambios en las zonas de entrada y salida o de las sacristías.
Un día antes de que El Faro visitara este templo, los obreros habían localizado una puerta de estilo renacentista junto a la sacristía.
La obra
El trabajo en el interior no sólo consiste en inyectar consolidante en algunas grietas. Se la eliminado el mortero de cemento porque impedía que las piedras transpiraran y creaba muchas humedades.
La estructura de la cubierta del Altar Mayor que era de madera ha sido sustituida por una de metal.
Se ha demolido la cubierta de la sacristía de la capilla de las ánimas y la sacristía del rosario también se va a rehabilitar. En ambas la madera estaba muy deteriorada.
Asimismo, la sacristía del altar mayor, aunque es de metal, está en malas condiciones y se rehabilitará gracias a este proyecto.
Las tejas ‘envejecidas’ y la pintura en tonos de piedra para el exterior
La reforma de La Purísima es integral. Las antiguas tejas rojas que había se han sustituido en el techo por otras de estilo ‘envejecido’. A la vista, parece que este material tiene musgo y que es antiguo, pero es completamente nuevo.
Además, las zonas que se queden con el enfoscado, es decir, con la cubierta de mortero de cemento, se pintarán de un color similar al de las piedras que hay en la fachada principal para que no desentone con el actual, que es blanco.