El escritor e ilustrador melillense Salah Mezian (1978) ha publicado recientemente su cuarto libro ilustrado, Caramelos con sabor a café, que escribió durante la pandemia de covid19. El volumen, publicado gracias a un crowdfunding por la editorial cordobesa Distrito 93, de Bunker Books, se puede adquirir desde hace semanas en todas las librerías de España y también a través de internet, como en la página de El Corte Inglés o de Amazon.
La historia, inspirada, entre otros, en Manolito Gafotas, de Elvira Lindo, se sitúa en la Alemania después de la I Guerra Mundial. Allí un soldado de las tropas coloniales de Marruecos, al terminar la guerra, fue enviado a una zona de seguridad donde surgió el amor con una mujer alemana.
De ese amor nació Anaruz –en bereber, esperanza-, un niño mulato. Todo marcha sobre ruedas hasta que surge el nazismo con Hitler y deciden huir al pueblo de los orígenes del padre, Beni-Chicar, para lo cual cruzan toda Europa pasando por Francia y Alemania, con Melilla como última escala.
El título de la historia –que, según el autor, está contada “con un toque de humor negro”- también tiene su por qué. Resulta que el niño acompañaba a su madre a la tienda de una amiga suya donde vendían caramelos. Cada vez que iban, Anaruz recibía caramelos con sabor a café, que, como recuerda Mezian, “todos recordamos que apenas se vendían y a nadie le gustaban”. Claro, el niño comenzó a cansarse de los caramelos, pero su madre los iba guardando. Luego resulta que le vinieron bien, porque, en el transcurso de su huida de Alemania, le va dando a Anaruz todos esos caramelos que había ido rechazando para, como cuenta el autor, que tuviera “un buen sabor de boca y un buen recuerdo de la madre”. Al final, el niño –que es mulato, por lo que el autor realiza aquí un juego de palabras- descubre que “el único vínculo durante todo el viaje hasta cruzar Europa son los caramelos con sabor a café”.