Miriam González melilla Hoy, sábado 13 de abril, se celebra el Día Internacional del beso. Una efeméride que conmemora el beso más largo de la historia, que duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, y que fue protagonizado por una pareja tailandesa en 2013 durante un concurso anual.
Más allá de su origen anecdótico, el Día Internacional del Beso es una ocasión para celebrar el amor, el cariño y la conexión humana. Un simple beso puede expresar una gran variedad de emociones, desde el afecto hasta la pasión, y tiene el poder de unir a las personas de una manera especial.
Para entrar un poco más en detalle sobre la importancia y lo que acarrea en nuestro bienestar y en nuestra salud mental el simple hecho de un beso, El Faro ha consultado a la psicóloga Judith Chocrón, que ha explica qué beneficios tiene este gesto en el ser humano. ¿Son los besos un gesto aprendido o una conducta innata del ser humano?
Esta pregunta ha sido objeto de debate a lo largo de los años. Es una cuestión que ha sido estudiada por psicólogos, antropólogos y científicos aunque aún no consiguen ponerse de acuerdo. Ciertas investigaciones sugieren que los bebés pueden mostrar comportamientos similares a los besos incluso antes de aprenderlos de sus padres, lo que denostaría que hay una base innata para este gesto. De igual manera, el hecho de que los besos sean un gesto universal, dan que pensar que tiene una base biológica.
A todo ello habría que sumar la existencia de algunos estudios realizados en animales como los chimpancés que también han demostrado dar besos. Sin embargo, la forma en que besamos y los significados que asociamos a este gesto pueden ser aprendidos a través de la cultura y de las experiencias personales de cada uno.
Hay lugares en los que estos pueden ser una forma común de saludo, mientras que en otros son una expresión más intima de afecto. El entorno en el que crece una persona puede influir en si aprende a besar o no, y en qué tipo de besos considera apropiados. Lo que sí está claro es que las evidencias demuestran que podrían ser una combinación entre comportamiento innato y aprendido.
Precisamente estas conclusiones también son compartidas por la psicóloga melillense Judith Chocrón, quien explica a los lectores de El Faro que los besos tienen un componente cultural.
“Según las sociedades y la educación, existe la tendencia a ser más cariñosos o besucones que otras que lo reservan para la intimidad o que son más distantes al contacto interpersonal”, comenta. Aún así, destaca que el beso es una señal innegable de cariño entre personas con un vínculo sentimental o amistoso.
Beneficios de los besos
Los besos tienen innumerables beneficios para nuestra salud plena en todas las etapas de nuestra vida aunque también varía su intensidad y frecuencia. Lo que es innegable es que son importantes siempre. Tal y como ha explicado Chocrón a nuestros lectores, este gesto de cariño tiene un impacto muy positivo en nuestro cuerpo y en nuestra mente.
“A nivel psicológico, aparte de recordar el vínculo, produce sensación de felicidad y bienestar, mejora la autoestima y proporciona calma. A nivel fisiológico, se liberan endorfinas, dopamina y oxitocina que repercute en la reducción del estrés y mejoras en el sistema inmunológico”, aclara la profesional de la psicología, que remarca su importancia en todas las edades. En la infancia, comenta, los besos favorecen un crecimiento sano y un apego seguro.
En la adolescencia, baja la frecuencia de besarse entre familiares, pero siguen siendo necesarios, según detalla. Finalmente, en la etapa adulta, con la pareja, es una muestra de pasión y amor que conforme pasa el tiempo se convierte en gestos de cariño y afecto, mantenimiento siempre la conexión sentimental entre ambos miembros.
Al hilo de esta cuestión, la experta ha recordado uno de los momentos más duros que ha vivido nuestra sociedad en los últimos años, la pandemia del Coronavirus. Un acontecimiento que no solo provocó miles de fallecimientos en todo el mundo sino que hizo que cambiara nuestra forma de relacionarnos.
“Todos podemos recordar como afectaba la falta de besos y contacto en los días de cuarentena por el Coronavirus, con las medidas restrictivas de distancia, evitar el contacto físico y el uso de la mascarilla. Pensábamos: “¿Volveremos algún día a poder besarnos como siempre?”, se pregunta la psicóloga, que anima a los melillenses a celebrar este día y demostrarse amor.
“Afortunadamente, pasó. Y hoy podemos celebrar este día! Un beso que es un gesto simple pero que expresa mucho”, finaliza la experta en psicología.
Evolución
Las primeras representaciones de besos se encuentran en pinturas rupestres y esculturas de hace miles de años. En Mesopotamia, por ejemplo, se han encontrado sellos cilíndricos que datan del 3.500 a.C. donde se muestran parejas besándose. En el antiguo Egipto, era un gesto muy común y se utilizaba para expresar amor, respeto y afecto. Los besos se representaban con frecuencia en el arte y la literatura.
En la antigua Grecia y Roma, era un símbolo de amor romántico y pasión. Los besos se consideraban una parte importante de las relaciones amorosas y se representaban con frecuencia en la mitología y el arte.
Durante la Edad Media, se asoció con el amor cortés y el romanticismo. Los caballeros besaban las manos de las damas como muestra de respeto y admiración. En la época moderna, se convirtió en un gesto aún más universal y se utiliza para expresar una amplia gama de emociones, desde el amor y el cariño hasta la amistad y el saludo.
Curiosidades sobre los besos
En la actualidad, el beso sigue siendo un gesto universal que se utiliza para expresar una amplia gama de emociones. A pesar de los cambios sociales y culturales, el beso sigue siendo un símbolo importante del amor, la conexión humana y la intimidad.
Aunque este Día Internacional del Beso se estableció por el más largo registrado hasta la fecha, existen otras curiosidades que giran entorno a esta costumbre. Cabe mencionar que el beso más caro del mundo fue uno de la actriz Scarlett Johansson que se vendió por 26.000 dólares en una subasta benéfica en el año 2007.
Por otro lado, encontramos el país de los besos. Según un estudio, Francis sería el lugar del mundo con más besos, con una media de 12 al día por persona. Por algo llaman a su capital, la ciudad del amor. En la época moderna, el beso se ha convertido en un gesto aún más universal y se utiliza para expresar una amplia gama de emociones, desde el amor y el cariño hasta la amistad y el saludo.