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La ampliación de la desaladora, la cesión de la gestión del pantano y completar la red general de agua dependen del impulso que esté dispuesto a dar el nuevo Ejecutivo, según el consejero de Medio Ambiente
El país lleva más de 300 días con un Gobierno en funciones y desde Melilla se ha insistido en numerosas ocasiones en la importancia de que haya un Ejecutivo. Muchos proyectos claves para el futuro de la ciudad se encuentran a la espera de que se aprueben unos nuevos Presupuestos Generales del Estado y de saber el impulso que el próximo Gobierno querrá darles. El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, apunta que todo lo que tiene que ver con los Fondos Europeos para actuaciones relacionadas con el agua depende de la formación del Ejecutivo.
Quevedo explicó que por ejemplo la ampliación de la desaladora está pendiente del impulso que quiera dar el futuro Gobierno. No es lo único, existen otras actuaciones como completar la red general.
El consejero indicaba esta semana la necesidad de hacer mejoras en el abastecimiento de agua. Entre algunas cuestiones, el titular de Medio Ambiente resaltó la importancia de lograr la cesión del pantano por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para que lo gestione la Ciudad. El consejero explicó hace unos días que ahora mismo este pantano no tiene el uso que debería. Señaló que, por ejemplo cuando se averió la desaladora hace unos meses no se pudo contar con el agua que hay en esta infraestructura porque no estaba en las condiciones adecuadas para el consumo.
Según Quevedo es importante que este pantano pase a ser gestionado por la Ciudad. El consejero recordó que actualmente Melilla paga alrededor de 400.000 euros al año a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por esta infraestructura, pero no tiene el uso que debería. Por lo tanto, se trata de un proyecto importante para que el abastecimiento a los melillenses sea mejor que el actual.
Eso sí, al margen de las inversiones también es necesario un trabajo de concienciación para lograr que el consumo se reduzca en nuestra ciudad. Actualmente el gasto de agua en Melilla es considerablemente superior al de la media nacional. La Ciudad plantea una subida en el coste del suministro, teniendo en cuenta que la producción del agua desalada es muy cara, y trabajar para que los ciuadanos se den cuenta de que hace falta un consumo responsable.
Los próximos cuatro años son claves para el agua en Melilla. Hay encima de la mesa numerosas actuaciones con las que se pretende que para 2020 el agua que sale del grifo de las viviendas sea “casi mineral”. La Ciudad también quiere cambiar los contadores, muchos de ellos obsoletos, y apunta, eso sí, que el precio de este bien subirá. Para que todo esto sea una realidad, es imprescindible que se forme un nuevo Gobierno y que se elaboren unos nuevos presupuestos. Mientras tanto, estos proyectos, al igual que otros muchos en nuestra ciudad se quedan en el aire.