El próximo 19 de marzo se espera poder dar fin a las obras de Marqués de Montemar, que forman parte de la reordenación del barrio del Industrial, según anunció ayer el presidente de la Ciudad Autónoma Juan José Imbroda, que visitaba ayer la zona junto al consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo.
Para el presidente estas obras son un ejemplo de haber recuperado un “urbanismo amable y moderno” para esta zona residencial de Melilla.
Para realizar estas obras se ha invertido una partida de 1,4 millones de euros. Según las declaraciones del presidente, el proyecto salió en un principio con un presupuesto de 1,7 millones de euros, sin embargo, finalmente la cantidad invertida ha sido de 1.400.000 euros. El 80% de esta inversión corresponde a fondos FEDER, y el 20% restante son fondos propios de la Ciudad.
Un proyecto meditado
“Si estás en política y vas a hacer gestión, tienes que tener siempre capacidad de decisión y poder arriesgar por algo que creas bueno, es lo que hicimos aquí”, aseguró Imbroda. Al parecer, el Gobierno local tuvo que meditar si llevar a cabo o no dichas obras por las molestias que pudieran causar a los vecinos, pero según el presidente había que mejorar y ennoblecer la esta zona de la ciudad.
Las construcciones, que comenzaron hace unos cuatro años, y se han ido haciendo por partes con el fin de molestar lo menos posible, han sido uno de los mejores proyectos de construcción de la presente legislatura, de acuerdo con las declaraciones del presidente de Melilla. Reconoció que desde la Ciudad se han encontrado con una “gozosa realidad”, ya que los resultados han sido muy buenos.
Nueva imagen del Industrial
Así el barrio del Industrial ha cambiado su aspecto con el paso de los años. Imbroda contó que se ha tratado de hacer con estas construcciones un “urbanismo moderno”, ya que se ha creado una zona de juegos infantiles, se han ampliado las vías peatonales, se ha puesto iluminación con luces de led, así como un nuevo mobiliario urbano y arboledas. Así se ha tratado de embellecer este barrio transformándolo en una zona residencial, dejando atrás la antigua imagen de barrio obrero e industrial en la que abundaban más los saladeros y talleres que los parques y los árboles.
Además, una de las novedades es que se han ampliado las zonas de aparcamiento, con el fin de que los residentes y los comercios dejen de sufrir los aparcamientos en doble fila y conseguir que el tráfico de la zona sea más fluido. Ha sido una obra arriesgada, pero, según el presidente se ha conseguido cambiar el barrio para ennoblecerlo. Por ello, “los vecinos del industrial y todos los melillenses han salido ganando”, aseveró Imbroda.
Homenaje a Adolfo Suárez
El presidente de la Ciudad adelantó que estas obras también traen consigo un detalle en la plazoleta Adolfo Suárez, al principio de la calle Marqués de Montemar, y es que en los próximos días se colocará un busto del expresidente.
“Queda el último remate y para el día 19 de marzo se colocará y será un homenaje de melilla al primer presidente de la Democracia, uno de los que hizo más por España para que los españoles no nos matáramos y además tuviéramos una constitución que nos acoja a todos en libertad y en igualdad”, explicó Juan José Imbroda, que añadió que estaba “encantado” con esta iniciativa.