La Fiscalía de Melilla reclama penas de nueve meses y un año de prisión, respectivamente, para dos mujeres acusadas de un delito de violencia doméstica. Según se recoge en el escrito acusatorio, al que pudo tener acceso El Faro, los hechos tuvieron lugar en la zona de la Alcazaba. De acuerdo con la acusación, ambas procesadas, que habían sido pareja anteriormente, iniciaron una discusión después de que una de ellas se acercase a la otra con su vehículo. El Ministerio Público mantiene que las dos se agredieron mutuamente, dándose puñetazos, patadas y tirones de pelo, causándose lesiones.
Estos hechos, que presuntamente tuvieron lugar el 14 de febrero de 2015, fueron enjuiciados ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. Las dos acusadas se acogieron en la vista a su derecho a no declarar en su contra ni a confesarse culpables.
La única persona que prestó declaración en el juicio fue uno de los agentes de la Policía Nacional que internieron al recibir un aviso de que se estaba produciendo una pelea. El funcionario contó que cuando llegó al lugar de los hechos se encontró a las dos encausadas “empujándose y discutiendo”. Según precisó, él iba vestido de paisado y vio cómo ambas “se estaban enzarzando” mutuamente.
Orden de alejamiento
Al entrevistarse con las encausadas, una de ellas manifestó que la otra mujer le había amenazado y que además había violado una orden de alejamiento por la que no podía acercarse a ella. “Nosotros lo comprobamos y era cierto”, señaló el agente, por lo que se procedió a la detención.
En el escrito acusatorio de la Fiscalía se recoge que ambas mujeres se causaron lesiones mutuamente en el transcurso de la pelea, derivando en contusiones, hematomas y excoraciones en distintas partes del cuerpo. Por ello, además de pedir penas de cárcel para ambas, reclamó que se indemnizasen mutuamente por las lesiones. Así, solicitó que una de ellas pagase a la otra 150 euros. A su vez, la otra encausada tendría que pagar a la primera 1.570 euros por las lesiones, valoradas en un punto.
Por otro lado, el Ministerio Público reclamó que se dictara una orden de alejamiento para que ninguna de las acusadas pudiera acercarse a la otra a menos de 300 metros por un plazo de tres años, tiempo en el que tampoco podrían ponerse en contacto.
Falta de pruebas
Los letrados de la defensa, por su parte, solicitaron que las dos mujeres quedasen absueltas del delito de violencia doméstica. Según alegaron, no se había acreditado que los hechos transcurrieran tal y como queda reflejado en el escrito de la acusación, ya que no se habían practicado pruebas con fuerza suficiente durante la práctica del juicio que enervasen la presunción de inocencia de ambas mujeres.
Ninguna de las procesadas quiso utilizar en el juicio su derecho a la última palabra. Finalmente, el caso quedó visto por el juez titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, quien tendrá que dictar una sentencia.