El Faro publica hoy una entrevista con el almirante Juan Rodríguez Garat con motivo de la publicación de su libro Tambores de guerra, donde hace un repaso del panorama geopolítico mundial.
En su radiografía, el almirante recuerda lo obvio, como que el presupuesto español en Defensa es el más bajo de la OTAN después de 20 años de falta de inversión o que ningún país de Europa es ya una potencia militar y que sólo Francia y el Reino Unido poseen armas nucleares.
Hay que aceptar que la Unión Europea (UE) no es ya una potencia militar, como se está demostrando, y así lo recuerda Rodríguez Garat, en los dos conflictos internacionales más importantes ahora mismo, como son el de Ucrania y el de Gaza.
En su opinión, Rusia e Irán son hoy por hoy los grandes enemigos de la seguridad nacional y el gran problema de la comunidad internacional, en tanto no cree que Marruecos lo sea desde el punto de vista militar, pero advierte, como ya ha mencionado en distintas ocasiones el director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, de que “no es un vecino amistoso”, con el añadido de que es frontera con España y la UE con tantos problemas que crea como los melillenses ya conocen: el control de la inmigración irregular a su antojo, abriendo o cerrando la mano según convenga a sus intereses; o la no permisión de un tránsito de viajeros bidireccional y la negativa a reabrir la aduana comercial, que permanece cerrada desde 2018.
Así, el almirante tranquiliza asegurando que una invasión de Marruecos a Ceuta y Melilla no va a suceder, pero también recuerda que, vista la debilidad del Gobierno, que ya cedió con el Sáhara Occidental, habría que exigirle más firmeza con el vecino para intentar que se convierta en una democracia plena como las europeas.
A partir del 20 de enero de 2025, el panorama internacional variará con la toma de posesión de Donald Trump nuevamente como presidente estadounidense y habrá que ver cómo afecta a los dos principales conflictos, aunque parece difícil que actúe contra un amigo como es Vladimir Putin y, aunque pueda intentar que Israel y Hamás se sienten a negociar, Rodríguez Garat no le augura mucho éxito.
Y en cuanto a España con Marruecos, parece claro ya que la situación no va a cambiar en absoluto mientras el Gobierno no ponga los puntos sobre las íes. Si no es capaz de hacerlo por sí mismo, ¿por qué no pedir ayuda a la UE?