Poco se dice pero la la Protectora de Animales de Melilla viene realizando una inmensa labor en el cuidado y la visibilidad de perros y gatos, que podrían convertirse en una perfecta mascota para las personas o las familias que quieran tenerlos en casa. La adopción es la mejor de las opciones para estos seres vivos que rebosan amor, que necesitan que se les dé la oportunidad de convertirlos en uno más de la familia porque su respuesta será lealtad incondicional y cariño a raudales.
Este próximo fin de semana, esta entidad tiene previsto llevar a cabo una jornada de puertas abiertas para que cualquier melillense pueda acercarse y conocer de cerca a estos animales, que han sido abandonados o simplemente nunca han tenido el calor de un hogar. Aparte de poder disfrutar de perros y gatos que esperan su momento, los participantes podrán utilizar el photocall que se instalará, habrá bingos, tattoos, talleres y sorteos, de manera que esta actividad servirá también para paliar un poco los grandes gastos que conlleva cuidar a tantos animales, veterinarios incluidos.
Todos los ciudadanos están llamados a compartir esa experiencia y lo cierto es que cada vez son más las personas que deciden pasar ese rato en la protectora y colaborar en su sostenimiento. Si, además, se lograra la adopción de algunos perros o gatos, sería un día redondo para quienes trabajan con ellos a diarios para alimentarlos, pasearlos o darles sus medicinas. Y son voluntarios cuyo único interés es prestar su apoyo en sus ratos libres sin más recompensa que el reconocimiento y el cariño de estos animales.
Si alguien está pensando seriamente en tener una mascota, que no dude en pasarse por la protectora y conocer a sus "residentes" porque seguro que acaba por enamorarse de alguno de ellos. Llevarlo a casa es como salvarles la vida. Es cierto que en las dependencias de esta entidad están bien atendidos, pero les falta el calor de una casa, ser el compañero de juego para los niños o la compañía que estaba buscando la familia, la pareja o la persona que está harta de su soledad.