Todas las puertas del edificio incuida la biblioteca están decoradas con los personajes creados por este profesor, siendo una marca de imagen de esta entidad.
Muñecos deformes, manchas, figuras humanas desproporcionadas y todo tipo de elementos sacados de un submundo son la imagen corporativa de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo de Melilla. Estos dibujos decoran las puertas de todo el edificio, la biblioteca y las batas de los talleres. Esta visión tan particular se debe a la imaginación de un profesor que falleció en diciembre de 2004 y que pertenecía al departamento de Diseño Gráfico Publicitario, Luis Arance.
Tras su pérdida, una de sus compañeras de departamento, Judit Dato García, quien actualmente se encuentra en Jaén impartiendo clases, sugirió realizar esta actividad con la colaboración de los alumnos a modo de homenaje, ya que era un profesor muy querido, respetado y con una gran capacidad creativa.
Así,todo nace para homenajear a un profesor y sin darse cuenta es la imagen de identidad de la Escuela.
Luis Arance era un profesor muy prolífico y realizaba todo tipo de actividades creativas, como dibujos, cómic, marionetas o cortos de animación tanto en la Escuela como fuera de ella.
Ilustraciones
Todas las figuras que decoran las puertas son dibujos del referente de Arance, quien imaginaba un submundo con una serie de personajes que podrían definirse como un animalario grotesco con un corte circense y que contaban sus propias historias, tal y como indicaron los responsables de actividades extraescolares de la Escuela de Arte en declaraciones a ‘El Faro’
La idea era decorar la Escuela con imágenes que encerraban ciertos chistes internos, por ejemplo, hay personajes de dibujos que se asemejaban al profesor que impartía clases en ese aula, pero esta idea de identificar a los personajes de este submundo con los responsables de las aulas surgió para hacer de esta actividad algo lúdico y entretenido. En todo momento se contó con el consentimiento de los implicados y llegó a despertar el interés de toda la comunidad educativa de la Escuela.
Además, esta iniciativa tiene como objetivo y espíritu crear un ambiente creativo y productivo, no sólo de estudio sino de aprendizaje y disfrute que era lo que a él le gustaba, según se declaró.
Se involucró mucha gente en el proyecto y tardaron entre dos y tres semanas en terminar todas las puertas, algunas veces realizaban esta tarea en horario de clase y otras en horas libres, tanto los profesores y alumnos. Así, se proyectaban los dibujos sobre la puerta y los pintaban con pincel uno a uno para que se parecieran lo más posible a los originales.
La biblioteca
Hace dos años se creó la biblioteca y para implicar a todos en este proyecto y que se sintiera este espacio como propio, se propuso a toda la comunidad educativa proponer unos nombres y luego votar aquellos que más les atrajesen. En este sentido, acabó ganado el nombre de ‘Profundia’, uno de los parajes de los bocetos e historias de Luis Arance.
De esta forma, se cerró el círculo, ya que los alumnos y profesores se volvían a identificar con con los diseños del submundo de este profesor, cuando no se trataba de un homenaje sino de la identificación de la escuela. Así, los dibujos de la biblioteca fueron extraídos de otros bocetos.
Todas las imágenes de ‘Profundia’ fueron escogidas de un fancine que se publicaba en la Escuela llamado ‘El enemigo subterráneo’. Una especie de mancha negra que se dibuja ahora junto al nombre de este espacio de lectura y consulta.
Por último, este curso se ha vuelto a recurrir a estos bocetos de Luis Arande al diseñarse unas batas para cada uno de los talleres de la Escuela. Así, se han escogido unos dibujos diferentes para cada uno de los colectivos.