El encarecimiento de los áridos debido al cierre de la frontera con Marruecos “no ha tenido una repercusión muy significativa en la obra” del hospital Universitario de Melilla. Así responde Tragsa a El Faro de Melilla y explica que la fase de “cimentación y estructura, a la que más hubiese afectado la subida, ya está terminada”.
La frontera con Marruecos cerró el 13 de marzo de 2020 debido a la crisis sanitaria del coronavirus. Ya en julio del año pasado se advertía del aumento de precio en el gasto de materiales porque los áridos ya no provenían de Marruecos sino desde la península.
Las obras del hospital avanzan y según Tragsa, van “a buen ritmo de manera que se está pudiendo cumplir con los plazos establecidos y los planificado con el Ingesa, a pesar de las dificultades del pasado año derivadas de la pandemia”.
En julio de este año, el presidente de Tragsa, Jesús Casas, visitó Melilla y recorrió las obras del hospital Universitario de Melilla adelantando que terminarían a finales de 2022.
En esa oportunidad dijo que “el edificio que ven no va a cambiar mucho en los próximos meses. El salto espectacular y el cambio que ha dado ya no se verá en un tiempo más. Ahora la cuestión está dentro, estamos en la fase de montar las tripas del edificio”.
Y durante esa visita Casas explicó que había unos 400 profesionales entre los propios de la entidad y las subcontratas trabajando en las obras, pero remarcó que ese número se vería incrementado en breve en muchas más “a medida que entremos en los acabados”.
El hospital Universitario estará constituido por un edificio principal en el que se integrarán, a diferentes niveles, todos los servicios asistenciales y un área abierta y ajardinada desde la que se accederá al centro a través de un vestíbulo. En esta zona se levantará la Unidad de Rehabilitación, el Archivo de Historias Clínicas, una biblioteca, y el salón de actos, con aforo para más de 200 personas y acceso desde el vestíbulo.