El arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez, ha visitado Melilla apenas 24 horas después de la histórica elección del nuevo Papa, Roberto Francisco Prevost, quien ha asumido el nombre de León XIV. La coincidencia temporal entre estos dos hechos ha añadido un aire de relevancia especial a la visita, marcada tanto por actos religiosos como por reflexiones sobre el momento presente de la Iglesia católica.
En declaraciones recogidas por El Faro de Melilla, Aznárez aseguró que la elección del nuevo Papa siempre es un hecho inesperado. “Siempre es una sorpresa”, expresó, recordando los nombramientos pasados como los de Juan Pablo II, Juan Pablo I, Benedicto XVI y Francisco I. “Nunca me extraña porque uno echa la vista atrás y ve que siempre han sido sorpresas”.
Sobre el significado del nombre escogido, Aznárez destacó la fuerte referencia a León XIII, quien fue Papa entre 1878 y 1903 y es conocido por su enorme sensibilidad social. “Seguramente está vinculado a esa gran sensibilidad social de León XIII, que además publicó una encíclica muy importante a ese respecto”, explicó, haciendo referencia a Rerum Novarum, documento clave para la doctrina social de la Iglesia. Aunque añadió con humor: “Habrá otros motivos, pero él se encargará de explicárnoslos”.
El nuevo Papa, estadounidense de origen, llega al pontificado con una trayectoria marcada por su experiencia como misionero y como miembro de la orden de los Agustinos. Según Aznárez, esa formación será determinante en su manera de guiar la Iglesia. “Por supuesto que esas experiencias marcan, en el buen sentido. Ensanchan el corazón, la mirada”, afirmó el arzobispo, mostrando confianza en la riqueza que esta trayectoria aportará al papado.
Al ser preguntado si el nuevo Papa marcará una línea continuista respecto a Francisco I o representará una renovación importante, Aznárez dejó claro que la comparación directa no es adecuada. “Esa alternativa no procede de hacerla, porque cada Papa nuevo no es una fotocopia del anterior. Mal andaríamos si fuese así”, apuntó. No obstante, garantizó que la continuidad esencial, la que conecta con la tradición apostólica y el mensaje transmitido desde Jesús a los apóstoles, está siempre asegurada. “Cada Papa tiene su historia, su personalidad, sus experiencias, y enriquece a la Iglesia con todo ese bagaje, y sobre todo su vida de fe”, subrayó.
El arzobispo castrense también se pronunció sobre las primeras palabras públicas del Papa León XIV tras su elección, palabras que giraron en torno al concepto de paz. “Muy hermosas, porque dentro de lo principal, en el Evangelio, en esas palabras de Jesús resucitado, ‘paz a vosotros’, la paz esté con vosotros, con toda la riqueza de ese término”, explicó Aznárez. Destacó que en hebreo, Shalom, significa no solo ausencia de violencia, sino también prosperidad, plenitud de vida, bienestar: un concepto integral que, a su juicio, el nuevo Pontífice ha sabido evocar.
Consultado sobre si veía al nuevo Papa como uno de los favoritos antes del cónclave, Aznárez fue claro: “He de confesar que en estas circunstancias normalmente eso se lo dejo al Espíritu Santo. No me preocupo antes de las elecciones de investigar o hacer cábalas sobre quién va a salir o no. Eso se lo dejo al Espíritu Santo, que sabe hacerlo muchísimo mejor”.
El motivo principal de la visita del arzobispo castrense a Melilla no ha sido solo pastoral. Durante su estancia, Aznárez ha presidido las ceremonias de confirmaciones de niños y adultos, incluyendo primeras comuniones, y ha hecho entrega de la Gran Cruz Fidelitas al comandante general de Melilla, Luis Cortés, en reconocimiento por sus servicios prestados al arzobispado castrense.
Sobre la ciudad, Aznárez se mostró especialmente satisfecho con la vitalidad de la comunidad cristiana local. “Lo que destaco es eso, que es una comunidad viva, evangelizadora y acogedora”, señaló. Además, resaltó la convivencia ejemplar entre comunidades religiosas en Melilla, destacando el respeto mutuo entre cristianos y musulmanes como un valor fundamental de la ciudad.
La elección del Papa León XIV marca un momento importante para la Iglesia católica mundial. Según lo informado por El Faro de Melilla, su perfil social y su trayectoria internacional abren una etapa de expectativas renovadas. Para la diócesis castrense, que mantiene una fuerte presencia pastoral entre los miembros de las Fuerzas Armadas, la sintonía con Roma resulta esencial, especialmente en tiempos de cambio. La visita de Aznárez refuerza así no solo los lazos espirituales con Melilla, sino también la conexión entre los desafíos globales de la Iglesia y las realidades locales.