La Delegación del Gobierno dio ayer el primer paso para desbloquear la apertura del tan ansiado Hospital Universitario. Mediante un escrito, que posteriormente difundió a través de sus redes sociales, Sabrina Moh propuso al consejero de Fomento, Miguel Marín, una reunión para discutir la fórmula para abrir el recinto.
Después de tanto enfrentamiento, no está de más explorar la posibilidad de sentarse a hablar, siquiera sea durante cinco minutos, algo que perfectamente se podría haber hecho ya en una ciudad tan pequeña como es Melilla, donde el problema de la comunicación apenas existe. No hay fotos del consejero y la delegada juntos en la hemeroteca y tampoco consta que se hayan reunido, al menos últimamente.
Con suerte, ambos dejarán de tirarse los trastos a la cabeza, los unos criticando todo lo relacionado con el hospital y hablando de hasta 83 deficiencias, y los otros argumentando que no son deficiencias, sino incidencias, y culpando a su partenaire poco menos de que el edificio no está abierto porque falta la licencia de primera ocupación, como si todo lo demás estuviera listo.
Pero no lo está, porque está claro que faltan médicos, pues el Hospital Universitario tiene más capacidad que el Comarcal y no tendría sentido tener un hospital de mayor capacidad precisamente para atender mejor a los pacientes y que no hubiera personal para atenderlos.
Esa es una de las mayores quejas del Colegio de Médicos y es precisamente una de las principales causas que motivó los paros que, durante meses, estuvieron realizando los facultativos.
En fin: esta reunión, si la acepta la Ciudad Autónoma –lo cual está por ver después de las críticas que le dedicó Marín a la delegada–, podría ser un primer paso para desbloquear la apertura, y después se irá viendo todo lo demás. Será el momento en el que al Gobierno central no le quedará otra que enviar a esos médicos que tanto se necesitan y, de paso, demostrar con la acción y no sólo de palabra que verdaderamente le importa Melilla.
Todo ello es necesario para que no vuelvan a suceder casos como el de Abdelkarim y que la atención sea la mejor y lo más temprana posible.
Ahora es cuando con la información transmitida por la prensa local, no se, si la situación de la no apertura del “HOSPITAL UNIVERSITARIO”, si se debe a que está bloqueada la apertura o a que según el proyecto ejecutor incluidas reformas añadidas o bien no se han realizados o están sin hacer, pudiendo acarrear ciertos inconvenientes para el personal sirviente e inclusive el de ingreso por enfermedad, debiendo finalizar las obras correspondientes, para darlas por finiquitadas. ¿Ya, me dirán?.