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Miles de personas acompañaron el paso de las imágenes desde que salieron de la Casa Hermandad
La procesión vive momentos de mucha emoción, como el del cruce del puente de los Alemanes
Miles de personas llevaban un año esperando al Jueves Santo para volver a arropar al Cautivo y a la Novia de Melilla en su gran día. A las puertas de la cofradía, antes de que las imágenes hicieran su salida, pasadas las 16:15 horas, ya se notaba la expectación en el ambiente. El primero en aparecer ha sido el Cristo, que ha vuelto a emocionar a los fieles que se han reencontrado con él, con sus manos atadas y su corona de espinas. El Cautivo avanzó para dejar paso a la Virgen del Rocío, que ha salido la Casa Hermandad entre aplausos cargados de fervor. Mientras la Novia daba sus primeros pasos, a hombros de los portadores, decenas de niños saludaban al Cristo, ayudados por los hombres de trono, para ser bendecidos por él.
La procesión ha tenido un seguimiento multitudinario desde que ambos tronos comenzaron su recorrido. No solo se echaron miles de personas a la calle, sino que otras tantas pasaron buena parte de la tarde y la noche asomadas a sus terrazas y ventanas, esperando para contemplar la belleza de las imágenes.
Así lo hicieron también enfermos que estaban ingresados en el Comarcal para, pese a las circunstancias, no perderse el paso del Cautivo ni de la Novia de Melilla.
Debido al peso de los tronos, han avanzado sin prisas y con las pausas necesarias para que los portadores cogieran fuerzas y continuasen el itinerario marcado.
Así, del barrio de la Victoria, han seguido su camino por las recogidas calles de Calvo Sotelo. Más adelante se vivió uno de los momentos que más ha emocionado a los devotos: la bajada de la cuesta hacia la rotonda del Tesorillo. La estampa, espectacular por su belleza, ha sobrecogido a miles de personas. Muchas de ellas no dudaron en inmortalizar la escena en sus teléfonos móviles.
El cruce del puente
Después de este tramo, hubo que coger aire de nuevo. Venía otro de los momentos que más esperados: el cruce del Puente de los Alemanes. Los hombres de trono del Cautivo, para sortear las barras del techo de la estructura, tuvieron que pasar por él de cuclillas. Los portadores de la Novia cruzaron el puente bajando a la Virgen del Rocío a la altura de las caderas, llevándola a cuestas con sus manos.
Cuando muchos de los presentes todavía no se habían recuperado de la emoción, el Cautivo hizo una parada en el Centro Asistencial, donde le esperaban mayores y algunos pequeños. Allí, un residente de la Gota de Leche, Juan José Rosado Calvo, le dedicó una saeta al Cristo, cantada desde lo más profundo de su alma. Tras el rezo de un padrenuestro, la procesión continuó su recorrido.
Carrera oficial
Con mucha solemnidad, el Cautivo y la Novia siguieron el itinerario hasta que se adentraron en la carrera oficial. Una vez en la Avenida Juan Carlos I, el trono del Cristo y el de la Virgen se pusieron el uno al lado del otro. Así han avanzado hasta llegar ante la tribuna, donde el vicario episcopal, Roberto Rojo, ha agradecido al Cautivo que hubiera liberado a la humanidad. Después de una oración, Isabel Navarrete ha cantado una emocionada saeta.
Lo último antes de abandonar la Avenida, ha sido acto de liberación del reo, una tradición que se instauró en Melilla hace ya 18 años.
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