¿No acabo de tenerlo claro, nuestro presidente Pedro Sánchez, es equiparable a Donald Trump, político conservador y miembro del partido republicano, o a Kamala Harris, política progresista del partido demócrata, que acaba de perder las últimas elecciones estadounidenses, celebradas este pasado martes 5 de noviembre de 2024?
Kamala Harris defendía fundamentalmente una continuidad de las políticas del presidente Joe Biden, con ligeras modificaciones, un más fuerte apoyo al derecho al aborto, más subvenciones y subida de impuestos, ampliación de coberturas sanitarias, lucha contra el cambio climático, control fronterizo tratando de disminuir los cruces de frontera ilegales, defendía una presión a Israel para reducir la destrucción en Gaza y preocupación humanitaria por el sufrimiento del pueblo palestino, apoyo a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa y más apoyo a servicios sociales en detrimento de los servicios policiales.
Donald Trump, en cambio, llega con ideas de liquidar las políticas anteriormente realizadas por el partido demócrata, sobre el cambio climático, protección de personas transgénero, restricciones sobre posesión de armas, expulsar a todos los indocumentados, sobre todo pandilleros, traficantes o delincuentes, continuar el muro que separa a México, aplicar más aranceles, promocionar la fabricación y producción industrial dentro de Estados Unidos, acciones contundentes contra Hamas y sus simpatizantes, en educación promueve dar a los padres un papel importante en la educación de sus hijos, reducir la influencia de la izquierda en la educación, libertad religiosa, mejorar la atención médica para el pueblo estadounidense, en el tema del aborto deja la decisión a cada uno de los Estados que conforman la Unión, entre otras muchas medidas.
Visto lo anterior, parece evidente que nuestro presidente Pedro Sánchez, por sus políticas, por sus tendencias y por su comportamiento, es similar a la derrotada Kamala Harris. Indudablemente habría que tener en cuenta otras circunstancias, como que, en nuestro caso, Pedro Sánchez no ganó las últimas elecciones y se sustenta en partidos indeseables, herederos de una banda terrorista, independentistas y extrema derecha catalana. Circunstancias que no tienen equiparación en ninguna parte conocida del mundo civilizado.
¿Y entonces, a que viene que, en algunas circunstancias, se compare a Pedro Sánchez directamente con Donald Trump?
En junio de este mismo año, Cuca Gamarra del Partido Popular, equiparó los "señalamientos" que realiza Pedro Sánchez, a jueces, medios y oposición, como similares a los realizados en su momento por Donald Trump en Estados Unidos.
Pedro Sánchez, con su "Manual de resistencia" quiere transmitir su lucha personal, los riesgos asumidos, su caída, y su volver a levantarse camino al éxito, justo el camino seguido por Donald Trump, eso sí, arropado por su partido republicano.
Sus egolatrías son evidentemente muy similares.
Sus parecidas irresponsabilidades para poner en peligro el estado de derecho.
Comparten su sectarismo ideológico y su ausencia de empatía.
Solo añadir que el control absoluto que Donald Trump, a través de los votos democráticos obtenidos, va a tener sobre todos los poderes y organismos del Estado, van a ser la envidia de Pedro Sánchez, que ya quisiera para sí.
Y que la pública intención de acciones de venganza por parte de Trump, sobre personas o instituciones que dejaron de apoyarlo, en su anterior final de legislatura, podría ser similar a las aparentes represalias tomadas por Pedro Sánchez sobre compañeros socialistas, cuando fue forzado a dimitir en 2016, como secretario general del PSOE.
Diría que personalmente pueden tener mucho en común, sin embargo, sus pensamientos políticos son diametralmente opuestos. "Digo yo".