El consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, ha respondido hoy a las críticas de la asociación Guelaya Ecologistas en Acción sobre los vertidos de aguas fecales que se están produciendo en la desembocadura del Río de Oro. Una situación que, según los activistas, afecta a la calidad de la playa de San Lorenzo, la cual ostenta la bandera azul. El coordinador de la entidad local, Manuel Tapia, exigió hace unos días a la Ciudad que se limpie la zona.
Ventura reconoció que en ocasiones, sobre todo tras fuertes lluvias, las plantas de tratamiento de aguas residuales y pluviales en Melilla alcanzan su límite de capacidad, lo que genera un desbordamiento en el que se mezclan aguas residuales y pluviales.
Sobre esta cuestión, aseguró que no es un problema que únicamente afecte a la ciudad autónoma sino que se produce en otras regiones de España, incluso de Europa.
"En Melilla, en el 90% de los casos, cuando llueve mucho hay un desbordamiento en el que se mezclan las aguas fecales y pluviales", destacó el consejero, que puntualizó que a pesar de que ocurra en más regiones no es un problema que haya que asumir sino intentar prevenir.
Críticas a las asociaciones y la oposición
Aún así, el titular de Medio Ambiente lamentó el enfoque que ha adoptado tanto la asociación ecologista como la oposición para visibilizar el problema, tachándolo de "política carroñera" y subrayando que, aunque el vertido es un problema real, no es una situación nueva ni exclusiva de la ciudad.
"Es un poco carroñero hacer política con estas cosas que pasan desde hace años. En el futuro, cuando llueva fuerte y no tengamos capacidad para controlarlo, sucederá lo mismo", advirtió, al mismo tiempo que les pidió que acabaran con las "pancartas" y "las chorradas" cuando no se trata de un problema nuevo.
A pesar de ello, Ventura aseguró que desde la Consejería de Medio Ambiente se trabaja para minimizar los efectos de esta problemática y conseguir que los residuos sólidos que arrastra el agua sean los menos posibles.
Para conseguirlo, desde la dirección general se pusieron en marcha sensores que detectan estos residuos y que permite que puedan ser desviados e incluso impedir que lleguen al mar.
Además, el consejero mencionó que, en los casos de fuertes lluvias en zonas limítrofes de Marruecos, se han tenido que retirar grandes cantidades de residuos que provienen de fuera de Melilla y que acaban en las playas locales. Afortunadamente, es una situación que se da en pocas ocasiones.