Cuando reabrió la frontera de Beni-Enzar allá por el mes de mayo de 2022 era evidente que nada iba a ser como venía siendo en el flujo entre uno y otro país. Lo primero, de hecho, fue dejar únicamente un paso, el digamos "oficial", y cerrar Farhana, lo cual presagiaba problemas a la hora de cruzar la línea divisoria entre España y Marruecos.
Y, efectivamente, el conflicto no tardó mucho en llegar. Apenas un mes después de la reapertura llegó la Operación Paso del Estrecho 2022, la primera que se producía después de la pandemia. Si previamente las colas eran interminables, cuando se produjo la avalancha de marroquíes procedentes de Europa la cosa llegó a extremos insoportables.
Los melillenses que querían pasar a Marruecos para pasar el fin de semana o simplemente para visitar a sus familiares se encontraron con que el vecino país daba prioridad absoluta a sus emigrantes y dejaba a los demás aguardar durante horas y horas para poder cruzar la frontera. El agravio no se limitó exclusivamente a priorizar a sus nacionales residentes en distintos países de Europa sino que, además, ellos podían pasar todo tipo de productos en sus cargados vehículos mientras que los demás no podían llevar consigo ni un botellín de agua.
El problema es que aquella situación no solo no se solucionó sino que ha ido empeorando a lo largo del tiempo. Si de normal es complicado atravesar la frontera, ya sea a pie o en coche, hacerlo cuando la OPE está funcionando resulta ya absolutamente insufrible, tal y como relatan decenas de personas diariamente en las redes sociales y El Faro ha recogido en sus páginas en infinidad de ocasiones.
El tapón se está originando sobre todo en la salida de Marruecos a Melilla. Son muchos ya los emigrantes que han perdido su viaje en barco hasta la península precisamente porque las retenciones son tan enormes, que les ha sido imposible llegar a tiempo al puerto local para embarcar, aún cuando llegaron a las inmediaciones de Beni-Enzar hasta diez horas antes del tiempo establecido.
Hay infinidad de críticas que apuntan a cierta actitud de los policías marroquíes, que estarían facilitando el paso a quienes están dispuestos a pagar ciertas cantidades de dinero en detrimento del resto de la cola que, en una situación como esa, nunca avanza.
Las personas que habitualmente cruzan a Marruecos están tan quemadas por esta situación que incluso quieren organizar protestas ante la Delegación del Gobierno en Melilla para reclamar la apertura de Farhana exclusivamente a los residentes en la ciudad autónoma. Entienden que sería el modo de conseguir un paso fluido y acorde a las necesidades de la población, mucha de la cual tiene familias al otro lado de la frontera.
El caso es que abrir Farhana no depende solo del Gobierno español y, en consecuencia, la Delegación no puede hacer prácticamente nada por dar satisfacción a esa reivindicación, que si bien en principio no parece descabellada, sí choca con los planes fronterizos que van a conllevar la puesta en marcha de la llamada "frontera inteligente" en los próximos meses.
En definitiva, al melillense de a pie solo le queda reunir toda la paciencia de la que sea capaz, al menos entre tanto finaliza la fase retorno de la OPE, cuya fecha está prevista, como todos los años, para el próximo 15 de septiembre.