El gremio de pescaderos del Mercado Central lleva tiempo en una situación límite. A la constante bajada de clientes que se viene experimentando en los últimos años, se suman los problemas consecutivos con el mismo género o los conflictos existentes con la organización dentro del propio mercado.
En la mañana de este martes 13 de mayo, la situación en la segunda planta del Mercado Central era desoladora. La zona de las pescaderías estaba totalmente vacía, con sólo un puesto abierto con escaso género.
Este medio pudo conversar con Lahabib Hamida, uno de los pescaderos del mercado, quien este martes no ha podido desarrollar la jornada que hubiese deseado. Y es que Lahabib no tenía aún su género, pese a haberlo comprado el día anterior.
Este pescadero denunció que no podía trabajar, debido a que el género se encontraba en el Punto de Control Sanitario pero según denunció, aún no había salido de dichas instalaciones, debido a cuestiones burocráticas.
Por lo pronto, la jornada transcurrió con su puesto cerrado y sin poder trabajar.
Cámara
No obstante, una de las mayores quejas de los pescaderos tiene que ver con la organización del propio Mercado.
Cada día desde hace varias semanas, la cámara frigorífica del Mercado Central cierra a las 15:00 horas. Por tanto, desde alrededor de una hora antes, los vendedores deben apresurarse para recoger el género antes de dicho cierre, puesto que si la cámara cierra, ya no admite la entrada de cualquier alimento que allí se almacena.
Una situación que los pescaderos no se explican, toda vez que por las tardes sigue contándose con la presencia de un operario en estas instalaciones, por lo que dicen no comprender el porqué de tanta celeridad.
"¿Qué pasa con los clientes? Tengo que cerrar mi puesto antes de tiempo. En mi caso, aún no tengo el género, así que si no me llega antes de las 14:00 horas, tendré que devolverlo".
Asimismo, Lahabib también denuncia no poder recoger el género que tiene en la cámara, una vez ha pasado el plazo establecido del cierre, para poder llevar su pescado a diferentes establecimientos hosteleros de la ciudad autónoma.
"Cada vez nos hacen la vida más imposible".
Subida de precios
Son ya demasiados años de subida en los precios del pescado y el incremento en los precios ha sido uno de los temas más comentados por los comerciantes y consumidores melillenses. Durante 2024 se observó una subida promedio de entre un 20 % y un 30 % en los principales productos del sector.
La merluza, por ejemplo, pasó de situarse en un rango competitivo a registrar incrementos de hasta el 25 %, mientras que la sardina, tradicionalmente accesible, experimentó una subida aproximada del 15 %. Este fenómeno se ha extendido a otras especies como el boquerón y el pez espada.
La situación se ha agravado en 2025, cuando las previsiones indican que la volatilidad del mercado podría continuar. Algunos expertos anticipan que de no resolverse la problemática en la frontera, los precios podrían mantenerse en niveles elevados afectando al consumo habitual.
En este sentido, Lahabib confirma que los precios no dejan de subir. Una subida que, por otra parte, también se está notando en el país vecino, como este pescadero aseveró a este medio.
La incertidumbre en el flujo de productos ha generado una respuesta en cadena. Mientras los comerciantes tratan de ajustar sus márgenes para mantener una oferta atractiva, los consumidores se ven forzados a reconsiderar sus hábitos de compra y a optar por alternativas como el pescado congelado o especies menos demandadas.
Pescados más demandados
La oferta de pescados que más demandan los clientes es variado. Desde salmonete y rape a pez espada, corvina o lenguado; los melillenses buscan calidad y eso es algo que ha vuelto a la ciudad con el retorno del pescado de Marruecos.
"La calidad ha mejorado mucho, antes era todo de congelador. El chopo que se compra es fresco, no sintético como el que había antes".
Aún con todo, pese al aumento en la calidad, continúan los problemas para introducir al pescado en Melilla, según alegó Lahabib.
Los pescaderos no están para anda conformes con la situación actual. Lamentan la excesiva burocracia y el aumento en los precios una vez el género cruza la frontera.
Lahabib tiene que vender para hacer frente a las facturas, cuota de autónomos y, con lo que le queda, poder llevar el pan a su hogar y alimentar a sus 6 hijos.
"¿Qué nos queda? Soy un padre de familia y esto cada vez es más complicado".
Pescado
Tradicionalmente, Melilla ha dependido en gran medida del pescado que llega desde el norte de Marruecos, aprovechando la cercanía geográfica y la abundancia de productos pesqueros de esa zona.
Esta situación tiene su origen en hechos ocurridos años atrás. En 2018 se cerró la aduana fronteriza con el país vecino y aunque el pescado siguió llegando hasta 2020, con la llegada del Covid, la frontera se cerró por completo y el pescado dejó de llegar a la ciudad autónoma.
Actualmente, una parte considerable del pescado proviene de puertos españoles, como los de Almería y Málaga, donde se capturan especies de alta calidad y se distribuyen hacia el mercado melillense.
Este cambio de rutas ha supuesto un reto logístico y económico para los comerciantes, ya que el transporte desde la península incurre en mayores costes y tiempos de entrega. A pesar de ello, los proveedores nacionales han intensificado sus esfuerzos para compensar la escasez de productos frescos importados, permitiendo que el mercado continúe ofreciendo una variada gama de especies, aunque a precios más elevados.
Desde entonces, en Delegación del Gobierno vienen recalcando que la aduana comercial está abierta para que todos los empresarios y empresarias de la ciudad que quieran hacer tanto importaciones como exportaciones en esta primera fase, con la mercancía acordada, puedan hacerlo.
También han reiterado que se está haciendo uso de la aduana en importaciones de pescado y exportaciones de mercancías varias, como electrodomésticos.
En este sentido, desde Delegación del Gobierno confían en poder ampliar los productos importados y que los empresarios de la ciudad autónoma puedan seguir haciendo sus exportaciones.
El peacaíto fresco y el buen jamón solo está al alcance de paladares exquisitos en la Traviata... pa los sinvergüenza que nos gobiernan y a cuerpo rey con cargo al erario municipal. Melilla y el resto de sus mortales que se jodan y disfruten lo votado.