Desde este viernes se puede visitar en el Museo de las Peñuelas, de Melilla, una de las 20 máquinas cifradoras que hay en España. En concreto, la Enigma K-192.
Esta, junto con el resto de máquinas cifradoras, se utilizaron durante la Guerra Civil española. Diez de ellas las compró Franco a Alemania, y fueron una de las “armas” que utilizaron los aliados durante la guerra, ha dicho la consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño. Posteriormente, Alemania donó otras 10.
La importancia de esta máquina es que no sólo encripta mensajes sino que los descifra, una tecnología muy avanzada para la época en la que se creó, sobre 1923-1926, tal y como ha explicado Enrique
"Esta máquina es una joya" porque fue el conducto para transmitir todos los secretos que conllevaron el desarrollo de la Guerra Civil.
La Enigma K-192 ha sido cedida por el Museo Militar de Melilla. El coronel Valera, director del Museo Militar de Melilla y de la Biblioteca Militar, ha explicado la historia de este singular aparato y su funcionamiento. "Es una de las piezas más innovadoras de su momento", dijo el coronel.
Esta máquina en concreto fue donada por el Instituto de Historia y Cultura Militar de la Comunidad de Madrid.
Se cree que fue creada por un holandés pero la patente es alemana. Justo esta maquina es de cuatro rotores, normalmente son de dos, por eso se sabe que perteneció a la Armada alemana.
Tiene un sistema electromecánico de combinación para confeccionar los criptomensajes o para la descriptación, antiguamente solo los encriptaba, explicó Varela.
No se puede decir que favoreciera el fin de la II Guerra Mundial, pero si que hubo problemas para desencriptar los mensajes. Constituyó un gran avance para que terminara la II Guerra Mundial gracias a descriptación de los mensajes.
Junto a la exposición, se puede visionar una explicación sobre el funcionamiento de esta máquina ya que no hay fotos de ningún operario utilizándola ni documentación sobre los mensajes que se cifraron pero “está claro que fueron usadas para las comunicaciones más sensibles entre Franco y sus generales más significativos y que él la llevaba cuando se trasladaba al frente en su puesto de mando móvil. Su funcionamiento fue tan satisfactorio - los republicanos nunca pudieros descifrarla- que en enero de 1937, el Gobierno de Burgos adquirió 10 unidades más del mismo modelo, según aparece en los carteles informativos de la ezposición.