Decenas de personas se agolparon ayer en un cebadero de la ciudad para poder comprar un borrego de cara a la celebración del Aid El Kebir. A pesar de las medidas adoptadas para evitar situaciones de contagio de coronavirus (había que solicitar cita previa y los clientes no entraban juntos al recinto) la situación que se vio ayer no es la más adecuada para mantener la seguridad sanitaria imprescindible para evitar posibles rebrotes.
Ayer supimos también, que se ha dado un nuevo caso de COVID-19 en la ciudad. Aunque Melilla se encuentra actualmente lejos de las cifras de contagio que se manejan en otras regiones está claro que el fin del estado de alarma y la reapertura de las conexiones con la península han aumentado la exposición de los melillenses al virus.
También, se anunció ayer que a partir del próximo lunes será obligatorio el uso de mascarilla en los espacios públicos. Durante este fin de semana, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado realizarán labores de concienciación entre la población, advertencias que la semana que viene se convertirán en sanciones si no se cumple con la norma.
Imágenes como la de ayer en el cebadero no deben repetirse. Somos nosotros mismos los que tenemos que darnos cuenta de que nos encontramos en una situación de riesgo si nos vemos en una aglomeración de personas y no debería ser necesario que la autoridad tenga que personarse en el lugar para que se cumpla la normativa.
Debemos ser conscientes de que una nueva ola de contagios va a llegar y que tenemos que poner todo de nuestra parte, cada uno desde el ámbito personal, para evitar que la pandemia se extienda en la ciudad.