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La agresión tuvo lugar el pasado domingo, sobre las 14:15 horas
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La víctima tiene 19 años
Sumia (nombre ficticio) todavía no da crédito a la violencia que sufrió el pasado domingo en el paso fronterizo de Farhana. Esta melillense de 19 años ha denunciado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 que recibió una paliza de un agente de la Policía Nacional que se encontraba de servicio el pasado día 4 sobre las 14:15 horas. Según consta en la querella, a la que ha tenido acceso El Faro, el funcionario “sacó la porra y comenzó a agredirla” después de que la joven le pidiese que se dirigiera a ella de manera educada.
“Todo ocurrió en el territorio español, cuando esperaba a un amigo con el que había quedado”, rememoró Sumia en declaraciones a este diario. “Este policía, con muy malas formas, me dijo que me quitara de donde estaba y luego me empujó”, relató la joven. Según su versión, ella le recriminó su actitud, pero el policía volvió a gritarle, a lo que Sumia le repitió que le hablase con educación. Fue entonces cuando, según la denunciante, el agente sacó la porra y, delante de todos los que guardaban la cola para cruzar la frontera, comenzó a ensañarse con las piernas de esta melillense.
“Apenas recuerdo cómo se produjo la agresión. Sé que empecé a gritar para que dejara de pegarme y para que alguien me auxiliase, pero no sé cuánto tiempo estuvo dándome con la porra por los nervios y la tensión del momento. Me quedé totalmente abatida”, sostuvo Sumia. De acuerdo a lo expuesto en su denuncia, el funcionario le hizo daño en la barbilla, en el abdomen, en una nalga y en ambas piernas.
La chica afirmó que, mientras esta agresión tenía lugar, el amigo con el que había quedado lo escuchó todo desde el otro lado del teléfono. El joven llegó a donde estaba Sumia cuando el policía pretendía detenerla, según la versión de la joven. En la denuncia se explica que el funcionario la agarró “de forma violenta” del brazo, sin dejar que entrase en Melilla, después de que Sumia le manifestase que iba a ir al hospital para recibir un parte de lesiones y poder denunciarlo.
“Él policía me tiraba de un brazo y mi amigo del otro, para evitar que me llevase detenida”, rememoró la joven. Es por esto, según contó Sumia, por lo que también lo arrestaron a él. Ambos fueron llevados a una de las oficinas que hay en el paso fronterizo, donde los esposaron y, a los minutos, los recogió un vehículo policial, trasladándolos al calabozo de la Jefatura Superior de Policía de Melilla.
“Recibí una paliza, pasé la noche en los calabozos y ahora me acusan por un delito leve de amenazas, cosa que es mentira”, subrayó la joven. Sumia relató que no se le permitió declarar ni en comisaría ni en el juzgado. “No quise llamar a mi madre, que no supo hasta el día siguiente lo que había pasado, porque no quería preocuparla, pero es muy duro lo que me ha ocurrido. Siento mucha impotencia”, afirmó la melillense.
Delito leve de amenazas
Según explicó, ahora pesa sobre ella la acusación de un delito leve de amenazas, cuando lo único que hizo fue comentarle al policía que tendría que responder por sus acciones en los juzgados. “Sí recuerdo que le dije que era un sinvergüenza por pegar a una mujer, pero no le amenacé ni tuve intención de hacerlo”, sostuvo.
Sumia señaló que fue la propia Policía la que la trasladó al centro de salud de Alfonso XIII para que se le hiciera un parte médico, documento que la joven tuvo que recoger en su ambulatorio, en Cabrerizas, y al que este periódico ha podido tener acceso. Según se expone en el diagnóstico del mismo, la joven sufrió policontusiones. “Refiere que hace tres horas ha tenido un enfrentamiento con la Policía en la frontera y presenta golpes por las dos piernas”, plasmó el doctor.
Después de esta mala experiencia, Sumia aseguró estar “traumatizada” por el trato recibido. Eso sí, confía en que no todos los policías sean iguales que el que le maltrató de forma deliberada. Ahora, espera que la Justicia se ponga de su parte. “Voy con la verdad por delante”.