La Policía Local detuvo el pasado sábado, día 10 de mayo, a un individuo por incumplimiento de una orden de alejamiento de su pareja sentimental.
Los hechos se produjeron sobre las 22:30 horas, cuando agentes uniformados de la Policía Local fueron puestos en alerta sobre un posible quebrantamiento de codena.
Las gestiones previas las habían realizado los agentes destinados al servicio de orden de alejamiento SOA, cuando la requirente les informó de que su pareja, sobre la que pesa una orden de alejamiento, se encontraba en su domicilio.
Inmediatamente se inició el protocolo de seguridad establecido y se comunicó dicha irrupción ilegal en un domicilio a los servicios operativos.
Personados inmediatamente en el lugar indicado, accedieron al domicilio, donde comprobaron efectivamente la presencia de la pareja y, en virtud a las manifestaciones de la requirente y confirmado que la orden de alejamiento se encontraba vigente, procedieron a detenerlo y trasladarlo hasta las dependencias policiales.
Posteriormente se pudo conocer por las diligencias pertinentes que sobre este individuo también había una orden de búsqueda policial, que requería su detención por quebrantamiento de condena.
¿Qué es una orden de alejamiento?
Una orden de alejamiento es una medida cautelar dictada por un juez que prohíbe a una persona acercarse o comunicarse con otra. Esta herramienta legal se utiliza principalmente en casos de violencia de género, acoso, amenazas y otras situaciones en las que una persona se siente en peligro. La orden puede incluir varias restricciones, como mantener una distancia mínima, evitar cualquier tipo de contacto (directo o indirecto) y abandonar el domicilio compartido, entre otras.
Para obtener una orden de alejamiento, es necesario cumplir con ciertos requisitos legales y aportar pruebas que justifiquen su necesidad. Entre los requisitos más comunes se encuentra la existencia de una situación de peligro, en la que la persona solicitante debe demostrar que está en riesgo de sufrir daño físico o psicológico. Esto puede incluir situaciones de violencia de género, acoso o amenazas. También es fundamental presentar pruebas que respalden la solicitud, como informes médicos, testimonios, mensajes de texto, correos electrónicos, llamadas grabadas, entre otros. En muchos casos, se requiere haber presentado una denuncia ante la policía o el juzgado correspondiente. Esta denuncia servirá como base para solicitar la orden de alejamiento. A veces, también es necesario contar con un informe de los servicios sociales que acredite la situación de vulnerabilidad o peligro.
Una orden de alejamiento es una medida que restringe la libertad ambulatoria a una persona, en protección de quien ha sido o puede ser su víctima y sus familiares u otras personas. Puede tratarse de una medida cautelar, pero también puede emanar de una sentencia firme, como pena accesoria de la condena.
La orden de alejamiento establece la prohibición del agresor a acercarse a su víctima o a ciertas personas de su entorno. Esto resulta de aplicación para el lugar de residencia, de trabajo y cualquier otro lugar que sea frecuentado por la víctima o posible víctima. También se podría privar al agresor de residir en el lugar donde viva la víctima o donde se hubiera cometido o se pueda cometer el delito.
Incluye también la prohibición de todo tipo de comunicaciones con la víctima por cualquier medio: telefónico, correo, redes sociales o cualquier otro mecanismo escrito, visual o verbal. Si se da el caso de que el agresor y la víctima tengan hijos en común, la orden de alejamiento podría incluir la suspensión del régimen de visitas del agresor a los hijos, sobre todo si los hechos delictivos se cometieron en presencia de los menores.
La figura de la orden de alejamiento se encuentra regulada en la sección 3 del capítulo Primero del Título III del Código Penal español.