María Jesús Domenech es una melillense que lleva quince años consecutivos consiguiendo el primer premio del Concurso de Disfraces de adultos del Carnaval de Melilla, en la modalidad de pareja. No se presenta ella, sino que es la encargada de diseñar y elaborar los disfraces que posteriormente sus padres lucirán en el Teatro Kursaal. El año pasado lo volvió a hacer representando una perfecta y cuidada escena de vikingos, con el barco incluido.
El disfraz cada año es una gran sorpresa. Por eso, no quiere desvelarnos sobre qué ha estado trabajando para este 2016. Lo que sí nos cuenta es que su intención es volver a sorprender. “Tenía pensado otro disfraz, pero en septiembre me operaron”, entonces, decidió cambiarlo por su complejidad justo cuando vio una película que le dio la idea. “El traje de mi madre mide diez metros cuadrados”, dice, por lo que esfuerzo y trabajo también le ha costado.
Sobre cómo capta ideas y tiene la originalidad de presentar algo distinto cada año, María Jesús nos cuenta que emplea “dos o tres meses viendo películas” o simplemente observando lo que tiene a su alrededor. Un año hizo un candelabro con lámpara de un centro de mesa que descubrió ojeando una revista de moda.
Su relación con el carnaval melillense proviene de una larga tradición familiar. Su madre le confeccionaba los disfraces que ella lucía de pequeña. En el año 1994 fue, por primera vez, Reina Infantil con uno de estos trajes.
Al año siguiente ganó su hermana y diez años después su prima. Ahora es ella la que mantiene viva la tradición carnavalesca en su familia, pero cambiando las tornas. Hoy son sus padres los que lucen sus diseños.
Nutrido palmarés
Su estantería de trofeos no puede estar más nutrida. Cuando no ha ganado un primer premio, consigue un segundo o tercero. Lleva desde pequeña presentándose al carvanal melillense de una forma u otra y siempre ha conseguido algún premio. Como nos reconoce, desde hace ya quien años no se presenta ella, sino sus padres.
Sobre los trofeos que ha obtenido nos reconoce que le tuvieron que hacer “un mueble de escayola y aún así no me cabe ninguno más”. Eso sí, si vuelve a ganar “se le buscará un hueco”, advierte.