El acusado sostuvo que no disponía del vehículo ni de las llaves y que sólo recibía multas
Un individuo se enfrenta a una posible condena de dos años de cárcel, además de a una multa de 3.600 euros, como presunto autor de un delito de falsificación de documentos. Según sostiene la Fiscalía en su escrito, el hombre falsificó la firma de la mujer de su padre para cambiar la titularidad de su vehículo, con el fin de ponérselo a su nombre. Estos hechos fueron enjuiciados ayer en la sala del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla.
El encausado aseguró ante la magistrada titular que en ningún momento falsificó la firma de la denunciante. Señaló que acudió a primeros de enero de 2014 a una gestoría para realizar un contrato de compra venta. Según afirmó, fue su padre quien le dijo que pusiera el vehículo de su mujer a nombre de él, haciéndole creer que la querellante había prestado su consentimiento para ello.
El procesado continuó explicando que conocía a los trabajadores de la gestoría porque él se dedica a la compra venta de coches. Por este motivo, los empleados accedieron a dejarle que se llevase el contrato, para que la titular hasta ese momento del coche lo firmase, ya que no había acudido junto al acusado a la oficina.
Según sostuvo, su padre lo estaba esperando fuera de la gestoría y le dio a él el documento para que lo firmase la titular del coche. “Fue mi padre quien falsificó la firma, me lo dijo él mismo”, insistió el individuo. “Yo no sé si eso estaba premeditado o qué”, comentó.
De acuerdo con su versión, se enteró de que lo acusaban de falsificación cuando lo avisaron de comisaría y el juzgado. Después de esto, siguió contando, intentó contactar en varias ocasiones con su padre, pero había cambiado de número.
El encausado defendió que nunca se ha beneficiado de esta operación, ya que él no dispone del coche y que sólo recibe multas de la ITV. “Él es quien tiene las llaves y el vehículo”, sostuvo. En esta línea, explicó que a su padre no le interesa tener propiedades a su cargo porque tiene numerosas deudas.
“La firma es falsa”
La denunciante, por su parte, contó que ella se enteró a través de terceras personas de que habían cambiado el titular del coche. En un primer momento denunció a su marido, del que estaba separada en ese momento, porque él era quien tenía el vehículo.
A los días, acudió a denunciar al procesado cuando comprobó que era él quien aparecía como el nuevo titular del automóvil. “A mí nadie me preguntó nada y la firma que aparece en el contrato no es mía, es falsa”, aseguró la mujer.
La querellante, además, afirmó que el encausado había intentado llevarse el coche en dos ocasiones después de que presuntamente cometiera la falsificación.
Por otro lado, declaró como testigo la trabajadora que atendió en la gestoría al acusado. Recordó que este le entregó la fotocopia del DNI de la mujer, diciéndole que esta era su tía, y otros documentos. “Me pidió que le dejase el impreso, que él me lo devolvería firmado por ella”, comentó. En esta línea, explicó que, al tratarse de un cliente habitual, no vio problema en dárselo.
El padre niega la implicación
El último en declarar fue el padre del encausado. Según sostuvo, su hijo fue quien le dijo que la víctima quería vender el coche por 2.000 euros. Aseguró que él mismo dio el dinero a su hijo para realizar la compra venta. Afirmó que no preguntó nada a su mujer porque en ese momento estaba cumpliendo una medida de alejamiento e incomunicación.
No obstante, señaló que dio credibilidad a su hijo porque tenía constancia de que su pareja estaba atravesando una mala situación económica. “Yo no firmé nada ni acompañé a mi hijo a la gestoría”, subrayó el testigo.
En su derecho a la última palabra, el encausado aseguró que, de no ser por el padre, él no habría tenido acceso a la documentación de la denunciante, insistiendo en que había sido víctima de un engaño.
El caso quedó visto por la titular del Juzgado de lo Penal 2 para el dictado de una sentencia.