El pasado martes 13 de mayo, la ciudad de Nador se convirtió en escenario de reflexión y memoria con la conferencia "El patrimonio construido de Nador y su provincia", impartida por el cronista e historiador Antonio Bravo. La ponencia formó parte de la 15ª edición del Salón Regional del Libro, organizada por el Instituto Cervantes de Fez, en colaboración con la compañía Balearia. El evento se celebró en una gran carpa habilitada para la ocasión, donde también tuvieron lugar presentaciones literarias, stands editoriales y actividades culturales, reafirmando el papel de la lectura y la cultura como ejes de identidad y desarrollo.
La conferencia surgió a raíz de una invitación del director del Instituto Cervantes de Fez, institución que también tiene competencia sobre la extensión del Cervantes en Nador (ubicada en lo que anteriormente fue el Colegio Lope de Vega). La presencia del Instituto en la región ha servido como plataforma para la difusión del legado cultural hispano-marroquí y esta conferencia se enmarcó precisamente en ese objetivo.
Un público comprometido
La acogida de la conferencia fue, en palabras del autor, “cálida y respetuosa". Asistieron personas interesadas y comprometidas con la defensa del patrimonio, ciudadanos conscientes del valor que supone conservar los vestigios del pasado. “Era un público muy agradecido”, ha señalado Bravo, quien ha remarcado que muchos de los asistentes valoraron especialmente el enfoque histórico sobre un Nador que ya no existe en su totalidad, pero cuya huella todavía perdura en la ciudad antigua, conocida como “la cuadrícula” y en varios edificios que resisten el paso del tiempo.
La conferencia permitió además a Bravo reencontrarse con antiguos conocidos y con otros estudiosos del patrimonio, en un ambiente de fraternidad y compromiso común por la historia compartida entre España y Marruecos.
Los orígenes urbanos de Nador
Durante su intervención, Bravo contextualizó el nacimiento moderno de Nador, que se remonta a 1909, cuando el ingeniero militar Luis Andrade trazó el plan urbano de lo que se conocería como “la cuadrícula”. Se trata de un diseño racionalista, con manzanas rectangulares y plazas interiores, que guarda semejanza con barrios melillenses como el Real o el Hipódromo. Este trazado reflejaba una concepción militar del urbanismo, propia de la época del Protectorado español, que priorizaba el orden y la funcionalidad.
A partir de finales de los años treinta y especialmente en los cuarenta, la ciudad comenzó a transformarse urbanísticamente. Se construyó el Paseo Marítimo y se reforzó el eje principal de la ciudad con edificios emblemáticos como la Junta de Servicios Regional y el Club Náutico, que dieron un nuevo impulso a la arquitectura local y marcaron el inicio de un proceso de modernización.
A diferencia de otras ciudades marroquíes donde la medina amurallada constituye el núcleo histórico, en Nador la zona más antigua es precisamente la que se diseñó durante el Protectorado con criterios geométricos y racionales. En palabras de Bravo, “el corazón histórico de Nador es la parte más ordenada, mejor trazada y con avenidas más regulares”. Este diseño ha permitido que, pese al crecimiento desmesurado de las últimas décadas, una parte esencial de su patrimonio siga siendo identificable y rescatable.
Bravo destacó varios inmuebles que merecen una mención especial en la historia patrimonial de la ciudad: la iglesia de los años veinte, construida por un fraile franciscano; el antiguo edificio de Correos; la Junta de Servicios Regional, considerada como el antiguo ayuntamiento; y el Club Náutico, todos ellos testigos silenciosos de una época de fuerte presencia española en la región.
También rindió homenaje a los arquitectos que dejaron huella en el desarrollo urbano de Nador, entre ellos Manuel Latorre, responsable de planificar la transformación urbanística vinculada al Paseo Marítimo, Francisco Hernández, Eduardo Caballero y Claudio Verdugo.
La amenaza del olvido
Durante la conferencia, Bravo reflexionó sobre los desafíos que enfrenta el patrimonio en Nador. Recordó que desde 2004 ha participado en diversas investigaciones y publicaciones que han buscado catalogar y visibilizar este legado. Subrayó que el mayor enemigo del patrimonio es la ignorancia, “lo que no se conoce, no se valora. Y lo que no se valora, no se defiende”. En este sentido, también alertó sobre las demoliciones que han afectado a muchos edificios históricos, aunque celebró que algunos hayan sido conservados y rehabilitados con éxito.
Para Bravo, lo fundamental es fomentar una conciencia ciudadana que entienda la importancia de preservar el patrimonio no solo como símbolo del pasado, sino como herramienta de identidad y cohesión para el futuro.
Al preguntarle si la ciudadanía de Nador valora realmente su historia y sus edificios antiguos, Bravo fue cauto. “Es difícil generalizar. Nador ha crecido enormemente en las últimas décadas y muchas personas que viven hoy en la ciudad no tienen raíces antiguas en ella. Cuando no existe un vínculo afectivo con el lugar, es más difícil apreciar su legado”. No obstante, insistió en que el crecimiento de la conciencia patrimonial es evidente y motivo de esperanza.
El papel del Instituto Cervantes
En cuanto al rol de las instituciones culturales, Bravo reivindicó la importancia del Instituto Cervantes como “embajada cultural” de España en el mundo. Reconoció que el patrimonio de origen español en Marruecos ya no pertenece a España, sino que es responsabilidad de Marruecos, por estar en su territorio. “Como el acueducto de Segovia es hoy responsabilidad de los españoles aunque su origen sea romano”, señaló. Lo importante, afirmó, es comprender que el patrimonio es un concepto universal y que su defensa debe ser colectiva.
La conferencia de Antonio Bravo ha supuesto una lección magistral sobre el pasado urbano de Nador y un llamamiento al conocimiento, la memoria y el compromiso ciudadano. En una ciudad que avanza sin freno hacia el futuro, la historia sigue siendo un ancla necesaria para no perder el rumbo.
El Rif se convirtió hace lustros en república pandereta, Abdelmalik los traicionó y vendió al padre del sátrapa que hoy los reina, convertida arabizada y marroquinizada, despojada hasta de su lengua y su propia cultura y costumbres. Antonio el campechano y su socio el rancio inculto Palentino si en Melilla dibujan gaviotas pa contentar, en Nador dibujarán chumberas pa hacerse los ilustres.
Me corrijo... Abdelkrim fue el vende Rifeños y el arrojador de su gente e incluso su infancia a su suerte. Gran cobarde pa los Rifeños y valiente a su vez pa el sultanato judeomasón trasnochao del reino de marruecos y sus subditos.