La venta de barras de labios rojo no cesa en las perfumerías y tiendas de cosmética de Melilla, lo que podría significar que una crisis económica está en camino. Durante todas las recesiones a lo largo de la historia, la industria de los labiales no solo no disminuyó sus ventas sino que crecieron exponencialmente.
Todo esto tiene que ver con una cuestión psicológica y se le conoce como Índice de la Barra de Labios. El Faro ha salido a la calle para comprobar si en la ciudad ha aumentado la venta de este producto de belleza y cómo se sienten las melillenses cuando lo utilizan.
"El rojo siempre se vende, sobre todo el rojo Chanel". Es lo que explicó a El Faro Ana Herades, dueña de la perfumería Elisa. No solo eso, ella confirma que la teoría del pintalabios en épocas de crisis es real. La explicación de esta melillense es que en épocas en las que las mujeres tienen poco dinero, dejan de comprar caprichos caros para comprar solo uno y eligen el que por un precio más barato, les sube el ánimo.
Como el maquillaje las hace sentir bien en épocas no muy buenas, prefieren comprar una barra de labios buena que les dure mucho tiempo a comprar varias de colores diferentes que se les agote antes.
A esto se le conoce como Efecto Lipstick, en español, efecto pintalabios. Pintarse los labios cuando todo se ve gris, los expertos aseguran que aporta un atisbo de normalidad en las mujeres, que dejan de comprar productos caros pero no de adquirir pequeños lujos que influyen en la autoestima de forma positiva.
Una de las primeras personas en hablar de la sociología del pintalabios fue Leonard Lauder, presidente de la firma de cosmética Estée Lauder que denominó a este fenómeno como Índice del Pintalabios en el año 2001. Durante la Gran Depresión, las ventas de este producto también aumentaron, sobre todo, los de color rojo.
Lo mismo ocurre en otra tienda de cosméticos de la ciudad, Beautik. Su encargada, Muna El Bali, también afirma que las ventas de barra de labios roja es todo un éxito. "La barra de labios roja y la burdeos es la número uno en ventas" comentó.
Descenso del 46% durante la pandemia
Incluso en la pandemia, cuando era obligatorio el uso de mascarilla, la encargada asegura, que muchas clientas se pintaban los labios debajo de la mascarilla aunque no se viese. Aun así la venta de barras de labios en los tiempos más duros de la pandemia descendió un 46%, según la empresa de análisis de datos Nielsen.
Para ella el color rojo en los labios hace a las mujeres atractivas y favorece a todas, sea cual sea el color de su pelo o el tono de piel. "Hay gente que se lo echa a diario", incluso, cuenta, hay mujeres que solo se aplican protección solar y la barra de labios roja. Aunque no suelan maquillarse mucho diariamente, se aplican solo el rojo en los labios, dijo.
La sociología de los labios rojos también se refleja en la calle, melillenses como Celia y su sobrina Yolanda demuestran que maquillarse con labial rojo sube el ánimo cuando están deprimidas.
"Da vitalidad, alegría y de todo", aseguró Celia sobre pintarse los labios de rojo. Ella confiesa que aunque no salga de casa, siempre se pinta los labios rojos. No falla ningún día y cuando su hija la visita muy temprano y no la ve maquillada, se asusta porque piensa que está enferma. "Si me voy sin pintar parece que estoy enferma, y de rojo como siempre", dijo Celia.
No solo ella, su sobrina Yolanda tampoco se separa de su labial rojo. "Los morros rojos te alegran el día". Ella sabe que se ve más guapa y poderosa. Si un día se ve mal, se pinta los labios y siente que se puede comer el mundo. Y no solo los labios, ninguna de las dos sale de casa sin las uñas en color rojo.
A quien tampoco le puede faltar la pintura de labios roja es a Loli, otra melillense. Al ser entrevistada por El Faro no los llevaba pintados, pero por un despiste. "Yo no salgo a la calle de cualquier manera", confesó. Cuando se los pinta de rojo se siente mucho mejor, más segura y más contenta.
Esta melillense acababa de desayunar fuera y se le había olvidado pintárselos, pero comentó que era algo raro en ella. Como en el caso de Celia, cuando su hija la ve sin sus labios rojos, le pregunta preocupada si está enferma. Ella aunque no salga de casa, siempre los lleva pintados de rojo. "Siempre paso por chapa y pintura", bromeó.
El rojo pasión y concretamente el rojo Chanel es el icono de la belleza que más se busca. Ángela, otra melillense, comentó a este diario que aunque le gustan todos los tonos de rojo, sin este no puede vivir.
El pintalabios rojo como indicador económico
El pintalabios color rojo y su relación con la economía la conocía muy bien el primer ministro británico, Wiston Churchil. Durante su mandato, en el transcurso de la II Guerra Mundial, consideró el pintalabios como bien de primera necesidad, al llegar a la conclusión de que subía la moral de la población. Por eso, fue uno de los productos que no se racionaron, al contrario que otros como la gasolina o el azúcar.
Y no solo eso, en 1941 en Estados Unidos se vendieron más de 20 millones de dólares en barras de labios durante el conflicto bélico, cifra que no paró de aumentar en estos años, según publicó el diario New York Times. A las mujeres marines se les daba un labial rojo junto con su uniforme e incluso marcas de cosmética acuñaron nombres de colores de barras de labio como "Rojo Victoria", para demostrar que las mujeres podían ser fuertes y femeninas.
Desde la II Guerra Mundial, las ventas de pintalabios se han usado como barómetro económico ya que es uno de los pocos productos que durante las épocas de recesión no baja sus ventas sino que en ocasiones aumentan. Tras los atentados del 11S y la crisis de 2008, las ventas de cosméticos aumentaron. Después del 11S, un 11% y después de 2008, un 6%.
No sabemos si después de la crisis del coronavirus y la que está o no por venir, se van a disparar la venta de pintalabios rojo para confirmar la relación que hay entre su venta y la recesión.