Nacido en Senegal, Mbaye Gil llegó en una patera a Tenerife hace 20 años, cuando tenía 15. Fue uno de esos menores no acompañados que vivió durante un tiempo en la calle y que trabajaba en la venta ambulante o en el campo. Finalmente fue adoptado y pudo estudiar Enfermería. Hoy en día ejerce esa profesión en el Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao, y profesor colaborador en la Escuela Universitaria de Enfermería de Vitoria.
Este jueves, ha pronunciado, en el centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Melilla, la primera charla de la segunda jornada sobre las ‘Discriminaciones en el tránsito de mena a adulta inmigrante en España’, en la que ha hablado, en concreto, de la mutilación genital femenina.
Sabe bien de lo que habla. No en vano, en su país de origen vio a niñas que la sufrieron y eso, de alguna manera, lo marcó y siempre quiso luchar contra ello. En 2019 creó una ONG para realizar trabajos de cooperación al desarrollo en este campo y ahora está con un estudio en Senegal junto a profesores de la Universidad de Valencia recogiendo datos sobre la mutilación genital femenina. Lleva luchando contra ello desde 2011 y adelanta que seguirá en ello.
Según las cifras que ha aportado Gil, cada año tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital femenina. En España, 180.000 mujeres la han padecido y 18.000 niñas procedentes de diferentes países están en peligro de correr la misma suerte cada año, que es precisamente lo que se intenta evitar y que además está castigado con penas de seis a 12 años de prisión.
En Melilla, aunque no dispone de cifras, el profesor no cree que haya muchos casos, porque gran parte de la población es de origen magrebí y en Marruecos no es una práctica habitual. Pese a todo, el enfermero aboga por “no bajar la guardia”, porque es una práctica que se extiende. Sí es muy normal en unos 30 países africanos como Senegal, Mali, Gambia o Sudán, con una prevalencia muy alta, donde es como una herencia de las mujeres de la comunidad, o incluso en Egipto, donde son las médicos, cristianas coptas, quienes la siguen porque, según Gil, “se sienten identificadas con mujeres mutiladas”. La mayoría de veces se llevan a cabo esas mutilaciones en zonas rurales y en condiciones que ponen la vida de las mujeres y niñas a quienes se les realizan.
Cabe destacar que en la mayoría de países está prohibido, pero en los que se sigue haciendo obedece a una especie de rito tradicional. En ocasiones, se lleva a cabo cuando las niñas son muy pequeñas, incluso a los pocos días de nacer la niña, lo que es muy peligroso para ellas.
En España, ha contado el profesor, la mutilación genital femenina la suelen hacer migrantes durante las vacaciones en sus países de origen.
El final de la vida
Posteriormente, la también enfermera y profesora en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Valladolid en el Campus de Soria Myriam Inmaculada Bueno ha tratado el final de la vida en los migrantes que fallecen en un país distinto al suyo.
Como trabaja en la unidad de cuidados paliativos, sabe bien lo que es enfrentarse a eso, y, si ya “el final de la vida es duro y difícil”, se hace más complicado de sobrellevar en esas circunstancias, con una cultura diferente y muchas veces gente con un entorno social o familiar no completo o sin los seres más cercanos junto a ellos. También hay que contar con la barrera del idioma. Todo ello presenta retos distintos a los de atender a una persona con una cultura conocida y que tiene su entorno social en el país.
Así pues, en este caso se juntan, tal como ha explicado Bueno, “la invisibilidad” de hablar de la inmigración y de la muerte, porque en la sociedad es un asunto “bastante tabú todavía”.
La tarde la ha cerrado una mesa redonda con los ponentes y la superiora del centro de menores Divina Infantita, Julia Estela Rodríguez.
Visita a la Divina Infantita
Este viernes, por la mañana, se realizará una visita precisamente a la Divina Infantita. Por la tarde, se celebrarán otras dos conferencias: ‘Tendencias en exclusión social y pobreza en España’, por la catedrática de Sociología de la UNED María Rosario Hildegart, y ‘Mena en Melilla. Tendencias de futuro’, a cargo de la profesora de la profesora de la UNED en Melilla y coordinadora del curso, Marisa Escámez. Las jornadas acabarán con una nueva mesa redonda entre los ponentes del día y el director general del Menor y la Familia de la Ciudad Autónoma de Melilla, Javier Francisco Soria.