El granado, Punica granatum, es un árbol venido del oriente cuyo fruto es la granada. Es pequeño (de cinco o seis metros de altura) con tronco liso, retorcido, grisáceo y con madera dura. Sus ramas son delgadas, sus hojas, opuestas, oblongas, enteras. Lustrosas, grandes, rojas son sus flores, que tienen los pétalos algo doblados. Su fruto, hermoso, es la granada. Se cultiva en áreas templadas y subtropicales. Florece entre abril y junio y Melilla se ha llenado con su flor en primavera. El Faro de Melilla entrevista al naturalista Manuel Tapia.
-¿De dónde procede este árbol?
-Es un árbol que procede de oriente. Parece ser que lo trajeron los fenicios y lo cultivaron en la cuenca mediterránea. Los romanos lo conocieron en una colonia fenicia, Cartago. Lleva plantando en la cuenca mediterránea desde hace milenios y se ha adaptado muy bien porque el clima es parecido. No es, por lo tanto, un árbol autóctono pero sí de la cultura tradicional y con unas cualidades que lo hacen ideal para cultivarlo en nuestro clima.
-Características del granado
-El granado es un arbusto, muy tupido porque, desde el suelo, no parte un solo tronco sino que parten muchas ramas. También es espinoso y, esas características, hacen que, tradicionalmente, se haya usado en los huertos para delimitar como valla y protegerlos de robos y de pisoteos.
-El granado, arbusto característico de la huerta melillense... un elemento de nuestro paisaje.
-La particularidad de este arbusto es que ofrece un fruto abundante, grande y delicioso, con lo que son vallas de huerto solidarias, pues ofrece a las personas que pasean por esas zonas de huerta parte del producto en forma de fruto. Cuando hemos hecho excursiones a las zonas agrícolas del entrono de Melilla, como las faldas del Gurugú o la meseta de Beni Sidel, estos granados nos han venido muy bien para saciar hambre y sed, por las características de este fruto tan grande y delicioso, la granada.
-Con numerosos beneficios para la salud y versatilidad en cocina. Un fruto sin pulpa, lo jugoso de este fruto son sus semillas.
-El fruto, la granada, tiene muchas propiedades: se usa su zumo como jarabe medicinal y, hasta su cáscara, se usa en la medicina tradicional marroquí por sus grandes beneficios para la salud. Es un fruto con muchos granos, ya los romanos la llamaban "manzana granada" porque era como una manzana con granos. En este fruto son los granos lo que se consume.
-Usted, como naturista, piensa que el granado reúne muchas características para ser árbol urbano y que, por ello, en Melilla se podrían plantar más. ¿Qué se le pide a un árbol urbano y por qué el granado es ideal en la urbe?
-El árbol urbano cumple muchas misiones en la ciudad, dar sombra, lo que ayuda a protegerse bajo sus copas de las inclemencias del sol y, por el efecto de refrescar el aire que pasa por las copas, da frescor. Además, da oxígeno a la ciudades como sumidero de CO2, y transforma la contaminación del tráfico en oxígeno.
-El granado es también ideal en la ciudad de Melilla porque se ha adaptado a la aridez del clima.
-El granado se ha adaptado a nuestro clima árido propio del Mediterráneo. El granado es un árbol que no necesita ser regado con frecuencia para sobrevivir. Es por esto por lo que lo hace ideal como árbol urbano en Melilla.
-La función ornamental de los árboles en las ciudades no podemos descuidarla...
-Efectivamente, el efecto ornamental es indiscutible. La arboleda en las ciudades hace que se vean más agradables y es beneficioso para la salud mental de los ciudadanos de una urbe. Una avenida de granados puede hacer que, una calle en primavera, tenga un aspecto espectacular. Desde mi punto de vista, la función ornamental de este arbusto sería fundamental para nuestra ciudad. La visión del verde en las ciudades con árboles bonitos produce además bienestar en sus habitantes.
-Alguna otra característica de los árboles urbanos...
-Sí, cabría señalar otra característica que se le pide al árbol urbano y es que sea caduco. Se suele elegir especies caducas para las urbes porque, en invierno, estos árboles, dejan pasar los rayos del sol a través de sus ramas.
-El granado es, pues, ideal, como árbol urbano.
-Efectivamente, pues el granado cumple con esas características que hacen al granado ideal. Cuando se poda desde joven y se le prepara para árbol urbano, es un arbusto que no tiene gran altura y no da problemas que sí darían otro tipo de árboles altos con la poda o con las instalaciones eléctricas. Al tener poca altura y con copa ancha y tupida, da sombra. Tiene, además, muchas hojas, con lo que produce mucho oxígeno y, al pasar el aire por ellas, refresca el ambiente. En primavera, se llena de flores de un rojo carmesí preciosas y llamativas. La flor del granado es muy curiosa.
-Un arbusto que, con esas flores tan bellas que florecen en primavera, atrae a los insectos, con lo que favorece la fauna tan necesaria como la de los polinizadores...
-El arbusto del granado por su floración tan grande, ofrece cobijo y alimento a muchas especies de polinizadores al tener flores con néctar en abundancia, fomenta la biodiversidad.
Son los insectos los que polinizan las plantas que se convierten en frutos y, gracias a ellos, comemos. El granado es favorecedor de la fauna de los polinizadores que, en estos momentos, están pasando por un momento crítico (por el cambio climático y plaguicidas). Siendo, como es, una fauna esencial para la humanidad, el plantar más granados en Melilla favorecería sobremanera la biodiversidad.
-Es un arbusto que con esas flores tan curiosas atraen a los insectos...
-Más de la mitad de las flores del granados son machos y no están destinadas a tener fruto sino que al terminar el ciclo se caen. No tiene pistilo que le permitan convertirse en fruto, son flores falsas e incompletas. Estas flores tiene su néctar y su polen y están destinadas para que con sus flores resulte atrayente por su color a los insectos.
-Lo autóctono, al final, es siempre lo mejor.
-Sí, decididamente. Apostemos por árboles de nuestro entorno. Son árboles que, quizás, se han subestimado por ser muy comunes en nuestras generaciones anteriores y que, ahora, podrían llaman la atención tanto como las especies exóticas porque ya escasean en nuestro entorno.
-Apostar por lo autóctono y no por lo exótico.
-Estamos acostumbrados a ciudades con especies exóticas de árboles que, en muchas ocasiones, crean problemas añadidos, por ejemplo, el Tulipero del Gabón, del que se está considerando su prohibición en muchas zonas por tener un néctar tóxico para los polinizadores.
-Usted decía anteriormente que es el granado un arbusto al que no se le hace ningún caso... como olvidado. Qué curioso, no valorar lo que se tiene tan cerca.
-Del granado, como bien dicen los que lo cultivan, si dijéramos que es un árbol exótico, seguramente muchos elegirían esta especie. Creo que, al haber sido tan común en otras épocas y haber quitado tanta hambre a las clases humildes, teniendo, como tiene, las características propias como árbol ornamental, no se usa.
-Hay que aprovecharse de lo que se dispone. Lo auténtico nuestro.
-Así es. Muchas especies subtropicales echan la hoja muy tarde porque son autóctonas de zonas con otro clima. En verano en Melilla se necesita la sombra, incluso ya en primavera, porque cae el sol con inclemencia y, hemos de tener en cuenta que cada vez caerá más. Los rayos solares, por el cambio climático, serán más peligrosos para la salud. Las especies mediterráneas tienen la facultad de disponer de hojas a finales del invierno, como los almendros o las higueras. El granado empieza ya a dar flores y sombra desde el principio de la primavera.
-Es caduco... sus hojas caen en invierno.
-El granado es caduco como otros árboles de la cuenca mediterránea, como el almendro e higuera pero, a semejanza de los árboles de la Europa más al norte de bosques atlánticos que tiene esas tonalidades pardas o amarillas, el granado cambia el color el otoño. En esta estación, en el Mediterráneo, los árboles caducos se despojan de las hojas. El granado, por el contrario, las conserva con un tinte amarillo que en otoño le da un aspecto espectacular.
-Este cambio de color lo hace ideal para la educación ambiental para ver el trascurso natural de estaciones y su efecto sobre la naturaleza
-Ideal para entender el cambio natural de estaciones y su efecto sobre la naturaleza. El granado, en verano, tiene ese fruto espectacular, la granada, con su color característico rojizo y, el resto del árbol, es verde.
-En otoño...
-Las hojas se vuelen de un amarillo bastante llamativo. En la transición del verano al inverno la mitad de las hojas siguen verdes, otras amarillas... es muy muy bonito y destaca mucho. En otoño el granado es totalmente amarillo y, con el paso de los días hacia el invierno, se va quedando sin hojas. Entre las ramas destacan los frutos que no se han recogido o que los pájaros han ahuecado. Se quedan los frutos como adornos de navidad en el árbol. A finales del invierno, empiezan a salir las hojas con sus tonos característicos rojizos y la transición entre el rojo y el verde lustroso de la primavera es maravilloso.
Es por esto por lo que el cambio de color de las hojas lo hace ideal para ver el transcurso natural del cambio de estaciones. Contemplar estos cambios en el granado es importante para la educación ambiental.
-Para finalizar la entrevista y hacer una defensa de lo autóctono no podemos dejar de lado el tema del consumo de agua. El granado no consume mucha agua, una característica más y, además, fundamental para abogar por el arbusto como ornamentación urbana en Melilla.
-Estoy de acuerdo. Tenemos que tener presente que la jardinería urbana consume mucha agua, especialmente, las cubiertas de césped en Melilla necesita ser muy regado para sobrevivir. Para mantener verde el césped en ambientes mediterráneos hay que gastar demasiada agua. Hay que tener muy presente que, los céspedes, son del norte de Europa, donde el clima es lluvioso. En el Mediterráneo, el césped debería ir desterrándose por la cantidad de agua que cuesta mantenerlo verde. Además, es sabido que, en ambientes científicos, se lleva diciendo, desde hace muchos años, que no es aconsejable ni ecológico mantener una zona ajardinada con césped en zonas de clima mediterráneo.