Este 1 de septiembre se inicia la cuenta atrás para que den comienzo los festejos patronales de Melilla, los primeros después de los dos años de prohibición que nos trajo la pandemia. Por eso, en la calle se comenta que hay ganas de una Feria que se inicia el próximo sábado y que, entre otras novedades, presentará una nueva iluminación en el recinto de las casetas.
El ritmo de preparación de casetas y atracciones es frenético. Todo tiene que estar a punto y perfectamente preparado para que el sábado no haya fallos y la fiesta comience como merece, es decir, llena de brillo y rebosante de alegría.
La Ciudad Autónoma y, más concretamente, la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, ha puesto toda la carne en el asador para que la Feria responda a las expectativas de los melillenses tras el parón por el covid. Hay un buen cartel de actuaciones con artistas tan destacadas como India Martínez, se dan oportunidades a grupos locales, hay espacio para los más pequeños y vuelven tradiciones ya muy arraigadas, como la Misa Rociera en la Plaza de Toros el domingo a las ocho de la tarde.
En el Real de la Feria habrá sitio para todos. Aparte de las casetas privadas y genéricas que ofertan toda una suerte de menús a precios competitivos, se disfrutará de otras digamos “sectoriales”: una para mayores (también con su cartel de actuaciones) y otra para los niños, además de la de los jóvenes (con sus actividades propias).
Y las atracciones han vuelto a la ciudad con alguna novedad para dar diversión a menores y adultos, como siempre han hecho. Son una parte imprescindible de los festejos. Nadie entendería una Feria sin la presencia de los cariñosamente llamados cacharritos, esos que los niños esperan con ilusión durante todo el año.
Melilla tiene derecho a vivir su fiesta mayor en honor a la Patrona, Nuestra Señora de la Victoria, y a hacerlo en paz. Por eso es tan importante que todo el mundo entienda la necesidad de divertirse dentro de las normas cívicas más elementales.
Ojalá los dispositivos policiales que organizarán desde la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía no tenga que registrar incidencias dignas de mención. Será señal de que Melilla es una ciudad madura, que sabe vivir sus festejos con cabeza y dentro del respeto que merecen los melillenses.