La comunidad judía de Melilla está esta semana dando la bienvenida a un nuevo año, el 5782. Es la festividad de Rosh Hashaná, una celebración muy espiritual de la comunidad israelita, que cada año trata de dar entrada a un nuevo año de la forma más dulce posible. La celebración comienza este lunes por la noche martes con la caída del sol, y da a su fin el miércoles, de la misma forma, cuando comienza a anochecer.
El presidente de Mem Guímel, Mordejay Guahnich, explicó, en declaraciones a El Faro que se se respetan casi los mismos preceptos del sábado, el Shabat. Es decir, que no se trabaja, no se coge el coche, etc. “Son días con rezos especiales, de gran introspección; aparte, el rezo de la mañana dura aproximadamente unas cinco horas y finaliza con el toque del shofar, el cuerno del carnero”, añadió.
Para la comunidad judía estos momentos son días muy especiales, en los que se conmemora cuando Dios juzgó a la humanidad, y que finalizan con el día del Yom Kipur, previsto el 16 de septiembre este año, que es cuando se da el veredicto del juicio. “Son diez días en los que se aumenta el rezo, y se aumentan las peticiones de perdón”, explicó Guahnich. Los israelitas esperan así “el perdón divino” y lo que hacen es tratar de perdonar a sus semejantes en aquellas cosas que les hayan podido ofender en un momento dado. Y en esos diez días, los das dos primeras noches son las más especiales, las de Rosh Hashaná.
Durante Rosh Hashaná hay un rezo especial en la sinagoga, que son los más introspectivos y los más largos del año. La liturgia finaliza co el toque del shofar, por lo que después las familias van a casa. Ahí se preparan alimentos muy especiales y que tienen mucho que ver con esta festividad. La mayoría son dulces simbolizando la dulzura con la que espera que comience este nuevo ciclo, y se
Entre esos alimentos que se pueden encontrar en las mesas de Rosh Hashaná hay manzanas mojadas en miel o la granada. Este fruto tiene una simbología trascendental, ya que se dice que tiene 613 granos, que es el mismo número de los preceptos judíos. “Se come otra serie de alimentos endulzados para darle ese sentimiento y esa idea de que todo sea dulce durante el año entero”, comenta Guahnich.
El pan también tiene una forma especial, se hace redondo, para simbolizar que todo empieza, termina y vuelve a empezar, es decir, como un ciclo. Por eso simboliza el año que termina y el que empieza.
Asimismo, también los colores de las vestimentas tienen un significado, y el presidente de Mem Guímel señaló que muchas personas deciden vestirse con ropas blancas o de colores claros para representar “la pureza” de ese nuevo año que se comienza estos días.
Son días especiales para la comunidad judía de Melilla, y por eso desde el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla también se han sumado a los buenos deseos para esta parte de la ciudadanía melillense. "Deseamos salud y felicidad a la comunidad judía con motivo de la celebración de Rosh Hashaná. ¡Feliz año 5782! Leshaná Tová Umetuká", festejaron.