El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo anunció ayer la ampliación de la desalinizadora, que iba a empezar el 7 de junio, se retrasará otro año.
Así se lo anunciaron ese miércoles en una reunión en Madrid con la Dirección General del Agua, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. “El plan A era ampliar la desoladora”, aseguró el consejero, que contó que en el encuentro, en el que se encontraban altos cargos de la Dirección General del Agua y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, ofrecieron a la Ciudad Autónoma el borrador del convenio, el cual se han traído a Melilla.
Una vez la Ciudad haya tenido oportunidad de estudiar con detenimiento su propuesta, que es el primer paso para la ampliación tan esperada, el consejero declaró que en un breve plazo se iba a ofrecer una réplica. Y es que para el día 30 de abril tienen prevista otra reunión. En cualquier caso, el consejero ha admitido que “algo se ha avanzado” en este problema respecto a la situación durante los últimos meses, aunque que tampoco es una buena noticia debido al retraso que supone la ampliación de la desaladora.
Quevedo explicó que tampoco caben más plazos y que se debe realizar un contrato de cara al año 2020, “porque si no se pierden los fondos europeos”. Esos son unos 12.000 euros, y si de cara al 2020 no se ha adjudicado la ampliación a una empresa, se perderán.
Aunque el consejero aseguró que el proyecto está ya preparado, ya que, como ha anunciado en muchas de sus intervenciones, la tramitación ambiental está hecha y los fondos europeos continúan ahí. Lo único que quedaba por hacer era un convenio con la Ciudad Autónoma de Melilla, el cual parece que ya está listo.
De este modo, desde la Dirección General del Agua, se ha propuesto un borrador de convenio, cuyo dinero no proviene de Europa: 50% lo pagaría el Estado, y el otro 50% la Ciudad Autónoma de Melilla. Lo que se trajeron de Madrid es el borrador, de esta manera, solo les queda estudiar el documento y llegar a un acuerdo el próximo 30 de abril, según el consejero de Medio Ambiente.
Una solución
Asimismo, que la empresa pública Tragsa, a través de su filial Tragsatec, se hará cargo de la gestión de la planta desalinizadora de Melilla mediante una encomienda de gestión a partir del 7 de junio, fecha en la que finaliza la vigencia del actual contrato de funcionamiento de esta infraestructura, hasta la formalización de un nuevo contrato.
De acuerdo con las palabras del consejero, esta ha sido una de las soluciones legales a las que se podría llegar, tras su reunión este miércoles en la sede de Madrid en Dirección General de Agua, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Durante el encuentro, en el que estuvieron presentes altos cargos responsables tanto de la Ciudad Autónoma, como Dirección General del Agua y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), se llegó a la conclusión de que no existía una posible solución administrativa de cara al próximo 7 de junio.
Aunque se ha tratado de buscar una solución, ya que como dice el consejero: “Melilla no se puede queda sIn agua”. Por ello, se adjudicó la continuación del servicio que se presta a la desaladora de Melilla a una empresa pública: Tragsatec.
“Será por el mínimo tiempo posible porque no son empresas que sean especialistas en plantas desalinizadoras”, afirmó Quevedo, ya que advirtió de que esto podría conllevar más problemas en el funcionamiento de la planta. Por lo que consideró, que dicha opción le pareció de “chiste”, ya que “ al final tendría que venir un ejército para poner en funcionamiento la desaladora.
Sobrecostes
El consejero de Medio ambiente señaló que esta encomienda de gestión supondrá también unos gastos extra en el abastecimiento de agua, que el contrato actual no contempla. Aunque, según el consejero, en esta reunión la Dirección General del Agua se comprometió a asumir estos sobrecostes, después de que la Ciudad Autónoma afirmase en esa reunión que no era lógico que Melilla sufriera un encarecimiento del agua “porque no se hayan hecho las cosas a tiempo ni correctamente”.
Melilla tendrá una zona canina en Horcas Coloradas
El consejero de Medio Ambiente anunció que Melilla tendrá a partir de mayo en temporada de baño, una zona canina de 900 metros cuadrados en la playa de Horcas Coloradas 2, en la que se permitirá el acceso de un perro por persona, y donde se habilitarán diferentes servicios para que puedan ser utilizados de forma exclusiva para estos usuarios.
La propuesta fue aprobada por la unanimidad de todos los grupos políticos en la Comisión de Fomento y Medio Ambiente, lo que conlleva la modificación del artículo 12.6 del Reglamento de Playas para permitir el acceso de un perro por persona en las playas designadas.
El consejero aclaró que esta medida no tiene nada que ver con electoralismo, como afirmó Ciudadanos, sino que es una propuesta que el Gobierno local se había comprometido a llevar a cabo y finalmente ha adoptado esta decisión tras estudiarla.