Tras cinco meses de obras, el Fuerte Rosario ofrece un aspecto notablemente mejor, tal y como pudo comprobar ayer en persona el presidente autonómico, Juan José Imbroda, quien visitó las obras de remozado junto al consejero de Fomento, Miguel Marín, y los responsables del proyecto. El máximo dirigente del Gobierno autonómico resaltó que se trata de una de las iniciativas más simbólicas de la actual legislatura y máximo exponente de que su Ejecutivo continúa trabajando en pos de una ciudad mejor.
El presidente se congratuló al observar cómo, poco a poco, se va poniendo en valor “una parte importante de la historia de Melilla”. Así, recordó que durante los primeros compases de la actuación se han retirado de la fachada del fuerte diversos elementos arquitectónicos añadidos con el paso de los años y que afeaban el conjunto original, que data del siglo XVIII.
En esta fase del proyecto se ha llevado a cabo la consolidación de los muros y la reposición de los morteros con base de cal con los que originalmente estaban revestidos. Asimismo, se ha recuperado la línea magistral de la muralla y, una vez demolidos los elementos no originales, se procedió a reconstruir las baterías siendo fieles al trazado existente y a su posición original.
Imbroda apuntó que ha sido una fase de obras bastante sensible, pues fue necesaria la instalación de un andamiaje “muy delicado” para trabajar en la parte superior del fuerte. Además, subrayó que en la cara sur de la estructura se había detectado que la base estaba bastante socavada, por lo que se procedió a estabilizarla para evitar posibles desprendimientos.
Buen trabajo
En la misma línea, detalló que se han eliminado una antena y una caseta que se instalaron en la zona hace pocos años. “La intención es que quede todo casi como en el siglo XVIII”, subrayó el presidente. “Se han utilizado unos materiales muy parecidos a los de la época. Además, se han dejado los restos originales en algunas partes para ver cómo eran los de aquel entonces”, explicó.
Por otro lado, destacó que buena parte de las tareas han ido dirigidas a limpieza y remozado de la estructura, por lo que fue necesaria una gran cantidad de mano de obra, algo importante habida cuenta de la alta tasa de desempleo que hay en Melilla. “Se ha trabajado en la zona muy bien. Dentro de poco estará disponible para los ciudadanos y los visitantes. Tenemos aquí uno de los conjuntos históricos mejor conservados de toda España”, concluyó.