La Plaza de España modificará sustancialmente su aspecto de aquí a unos meses, concretamente en octubre. Ayer se puso la primera piedra de las obras de remodelación de lo que puede considerarse el epicentro del urbanismo de Melilla, que hacía ya 35 años que no se tocaba y era hora de darle un nuevo aspecto, más acorde con los tiempos.
Son unas obras importantes con un presupuesto de nada menos que 2,5 millones de euros, lo cual supone que se va a llevar a cabo una profunda renovación de la imagen en el mismo corazón de la ciudad. Ferrovial Construcción es la empresa encargada de desarrollar este proyecto, cuyo objetivo es hacer una plaza más verde y más accesible; eso sí, respetando siempre su dilatada historia.
El presidente Imbroda entiende que la renovación de la Plaza de España "es una buena noticia para Melilla", no sólo por la rehabilitación y mejora del amplísimo espacio que ocupa sino también porque supondrá la creación de puestos de trabajo, uno de los objetivos que también persigue el Gobierno local con esta actuación.
Remozar y cambiar la imagen de la plaza más amplia y conocida de la ciudad era algo imperioso, según reconoció al respecto el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Daniel Ventura. El deterioro que el pavimento y su propio aspecto ha sufrido en las últimas tres décadas hacía absolutamente imprescindible una acción decidida, que suponga darle mayor vistosidad y modernidad a un punto neurálgico de Melilla, cargado de historia.
Y no va a ser la única plaza que experimente una mejora visible en los próximos meses. Tal y como adelantó el propio consejero popular, la zona de las Culturas también va a ser objeto de una actuación para conseguir mayor prestancia, habida cuenta del volumen de uso que tiene, sobre todo los fines de semana, cuando se reúnen familias enteras allí para que los pequeños puedan disfrutar de su ocio.
Otra de ellas va a ser la Plaza del Veedor, en Melilla la Vieja, cercana al Hospital del Rey. Hoy mismo, sobre las diez y media de la mañana, comenzarán los trabajos de rehabilitación. El Pueblo, como cariñosamente se ha llamado siempre a esa zona de la ciudad, necesita un permanente mantenimiento. No en vano es el principal patrimonio histórico de los melillenses, alabado por los expertos en fortificaciones amuralladas y cuyos estudios han trascendido nuestras propias fronteras.
Todo el dinero que se emplee en la conservación de nuestra Melilla la Vieja será bien acogido por cuanto que se trata de uno de los atractivos más interesantes que la ciudad puede ofrecer también a los visitantes, muchos de los cuales quedan realmente impresionados no solo por el buen estado en que se encuentra sino por la historia que encierran esas murallas centenarias, semilla de la población que somos ahora y que debe un tributo a los ancestros, aunque sea a través del cuidado de todo ese entorno.
Y siguiendo con obras necesarias no se puede pasar por alto echarle un vistazo al Parque Hernández, toda vez que el Lobera ya está en proceso de recuperación y embellecimiento. El recinto verde más céntrico de la ciudad pide a gritos rehabilitación y cuidados. El consejero Ventura lo sabe y consta, porque así lo aseguró en una extensa entrevista con El Faro, que pronto empezarán allí también las mejoras.