Armando Pelayo, el gran artista que paseó el nombre de Melilla por medio mundo, falleció este pasado miércoles en Málaga tras sufrir un cáncer. El maestro, que acompañó al piano a la diva Sara Montiel durante años, terminó su carrera en la ciudad, concretamente en el Conservatorio de Música, hasta su jubilación.
En 2012 mereció el galardón de "Melillense del Año". En una de sus últimas entrevistas con este Diario, Armando afirmaba que lo mejor de su vida fue estudiar música en Melilla. Cuando comenzó, no había conservatorio y tuvo que acudir a una academia privada. Para examinarse, tenía que ira a cualquier ciudad en la que estuviera de vacaciones y presentarse por libre.
Con 16 años terminó la carrera de música, pero confesaba que no estaba preparado para ser mayor. Entró en shock. Tenía la carrera terminada y podía comenzar su vida de adulto. Dejó el resto de sus estudios por la música. Pero insiste en que en aquel entonces tenía la mentalidad de un niño de 12 años y jugaba en la calle con sus amigos.
De pronto, tuvo que pensar que era mayor. No obstante, siempre creyó que vivir es maravilloso. Vivía su presente sin pensar en el pasado ni el futuro. Lo importante en su vida, además de la familia, era la música. Fue miembro del grupo Barrabás. Ha sido músico para las grandes de la copla del país, como Sara Montiel. También fue productor de música y teatro.
Su amistad con la Montiel, con la que compartió dos décadas de vivencias y cercanía, lo llevó el pasado mes de mayo al programa de Antena 3 "Y ahora Sonsoles" para hablar acerca de la polémica suscitada por las declaraciones del que fuera marido de Sara, Tony Hernández. Desde entonces prácticamente no tuvo más presencia en los medios de comunicación.
Melilla pierde en esta semana a dos de sus ciudadanos más conocidos por haber destacado en sus respectivos campos profesionales. Primero fue José Luis Pérez "Morito", a la edad de 59 años, posiblemente el mejor regatista que haya tenido la ciudad; ahora se va Armado Pelayo, un músico enorme, un artista que ha dejado magníficos trabajos como sus habituales musicales de Navidad o señaladas galas con lo más granado del artisteo melillense.