Desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fampa) de Melilla denuncian nuevamente la falta “muy carente” de profesional no docente que se produce en los colegios de la ciudad cada año y acusan al Ministerio de Educación de "maltrato infantil" por permitir esta situación reiteradamente y no poner solución.
Joan Casares, presidente de la Fampa, recuerda que el Gobierno dio la “orden” para que este curso los centros contasen con cuidadores desde el principio del año académico. Sin embargo, todavía no han empezado y tampoco saben cuándo lo harán.
Lo mismo ocurre, explica, con los 75 técnicos de Educación Infantil de la Ciudad Autónoma de Melilla para ayudar al personal docente. A pesar de que desde la CAM se ha informado que estos profesionales comenzarán el 1 de octubre, desde la Fampa no están tan seguros de ello y dicen conocer “oficiosamente” que las partidas económicas dedicadas a ese fin “han sido usadas para otra cosa”.
Una información que les llega a través de los propios funcionarios de la Ciudad, dice Casares. “Nos gustaría creer que es un error, pero oficiosamente nosotros sabemos que esas partidas no están, aunque ellos nos juran y perjuran que todo está preparado”, detalla.
Recuerda que es una situación que se denuncia anualmente y que esperaban, por una vez, que los cuidadores hubieran empezado a la par del curso escolar. No obstante, dicen haberse topado con la misma “desilusión” de cada año.
Por ello, aseguran que la promesa que se hizo desde la Consejería de Educación sobre los técnicos de Educación Infantil y los cuidadores va a ser “difícil de cumplir” si no hay una partida económica para su contratación.
Se trata de un “gravísimo problema” con el que se topan todos los años. “Empieza el curso, no tenemos personal suficiente y los profesionales se ven muy tensionados ante las graves deficiencias que tenemos”, denuncia.
La dependencia de los planes de empleo es otro de los aspectos que recrimina. Por eso, denuncia que la Dirección Provincial continúa con su situación de “abuso institucional” y no ofrece ninguna solución al respecto, salvo los planes de empleo, que no cubren todo el periodo escolar.
Denuncia que está en boca de todos que este verano ha habido personas que han estado “paseando, leyendo el periódico y tomando café” cuando no había niños porque su trabajo no lo podían hacer. A final de cuentas, lamenta, los perjudicados siempre son los mismos.
“Es una situación muy injusta para los niños y las familias, pero también para los profesores y los directores del centro, que están en este momento haciendo cosas que no deberían hacer”, comenta Casares.
Como ejemplo pone el caso del CEIP Real, que se encuentra con una clase de 26 niños (uno de ellos en silla de ruedas) y sin cuidador porque está de baja. Unas situaciones “kafkianas” que se repiten constantemente “como si fuera el Día de la Marmota”.
Este problema afecta a prácticamente todos los centros de Melilla por lo que “los profesores se encuentran que tienen que estar haciendo cosas que no deben hacer, como cambiar pañales o llamar a los padres para que vayan”. Los cuidadores y los técnicos, explican desde la Fampa, son una extensión de los padres en el colegio.
Por eso, considera que esta problemática debería abordarse de forma conjunta por parte de los políticos, los centros educativos, sindicatos, asociaciones y el propio Ministerio de Educación y Formación Profesional, a quien acusa de ser el verdadero responsable de la situación.
“La contratación del personal no debería depender nunca de la Ciudad. Lo hace por ayudar, para paliar esa deficiencia. Pero el principal problema que tenemos es que el Ministerio no puede contratar personal laboral y eso hace que tengamos siempre este tipo de situaciones”, explica.
Maltrato infantil. Así califica la posición del Ministerio ante la situación de estos menores en los centros. “Les molesta mucho que les llamemos maltratadores, pero la institución –al no dar respuesta legislativa sobre este tema– se está convirtiendo en una institución maltratadora de niños”.
El caso de Imran
Aicha Mohamed, madre de Imran, explica que su hijo era estudiante del colegio Anselmo Pardo y que ahora que pasa a Educación Secundaria, lo van a separar de su grupo social y lo mandan al IES Miguel Fernández porque “dicen ques el centro por referencia para los niños con problemas motóricos”.
La primera preferencia de esta madre es que su hijo continuará sus estudios en el IES Virgen de la Victoria, pero desde el MEyFP le dicen que en el centro no hay cuidadores. Sin embargo, ella conoce a un niño que tiene diferentes patologías y está en el centro a pesar de no haber cuidadores. “Mi pregunta es: si ese niño está en ese instituto y está sin cuidadora, ¿por qué a mi hijo no le dejan que se matricule en ese centro?”.
En el Miguel Fernández, asegura, están sin cuidador y las clases empezaron el lunes. “Hay una niña con problemas motóricos, que va en silla de ruedas, y no dispone de cuidadora”, un caso similar al de su hijo, por lo que critica que el centro no dispone de los medios que le dicen.
Desde que llegó el cambio de primaria a secundaria, la madre asegura que el proceso se ha vuelto un “infierno” porque le obligan a ir a un centro que, además, está a mayor distancia de su casa. “Tengo que ir de una punta a la otra de Melilla”.
Mohamed ha presentado un escrito a la Fiscalía de Menores y lleva desde el 2 de junio sin obtener respuesta. Dice haber presentado escritos con informes psicológicos y que llama y escribe diariamente, pero no ha obtenido respuesta. “Me dicen que no tienen contestación del MEyFP. Creo que es una manera de aburrirme para que acepte lo que ellos dicen, pero no ven la situación de mi hijo, que no quiere separarse de su grupo de amigos”.