La crisis económica y la llegada de muchas personas que se han quedado en paro han influido en los datos sobre el maltrato que sufren las mujeres, según el Ingesa.
El perfil de la mujer maltratada en Melilla durante el período de 2009 a 2010 ha variado debido a la influencia que la crisis económica ha tenido sobre este tipo de actos delictivos, según el Ingesa. “Si es cierto que cada año las edades son más tempranas en las que se inicia la violencia, también es verdad que en el año 2010 se ha dado un porcentaje mayor de mujeres casadas que han recibido violencia por primera vez por parte de sus maridos”, se manifestó la pasada semana en la jornada técnica de la estrategia del Sistema Nacional de Salud contra la violencia de género celebrada en el Ministerio de Sanidad.
En ese acto, en el que participaron representantes de todas las comunidades autónomas del área de sanidad, se evaluó el resultado de la aplicación del “Protocolo Común para la Actuación Sanitaria contra la Violencia de Género”.
En el caso de Melilla se destacó el movimiento social y poblacional que ha registrado la ciudad durante este año “con la llegada de muchas personas provinientes de otras ciudades que ha quedado en paro y que han venido a casa de familiares. En cierta manera todas pertenecían a familias estructuradas que puede ser que hayan tenido una cierta desestructuración”.
Servicios Sanitarios
Desde la implantación del protocolo hace tres años, en Melilla se ha trabajado en la detección de casos de violencia de género desde las consultas y el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). Del análisis de la población víctima de estos delitos se desprende que “los movimientos sociales han influido en las mujeres susceptibles de recibir violencia”.
En la mayoría de los casos, las víctimas llegan a las consultas o al SUAP “por que demandan una atención de los servicios sanitarios” y suelen ir acompañadas por un familiar o por los servicios policiales. Pero a pesar de acudir de forma voluntaria, habitualmente no presentan denuncia.
Sin embargo, la actitud de las mujeres no siempre es la misma. Algunas acuden porque desean dar parte del caso y en otras situaciones son los facultativos los que detectan, “por su actitud, por la valoración que se le realiza”, algunos parámetros que hacen sospechar que existe violencia.
La mayoría de las maltratadas acude a Urgencias con algún familiar
El perfil de la víctima maltrato machista en Melilla durante 2010, según los datos de Atención Primaria y el Servicio de Urgencias, es una mujer casada, de entre 20 y 59 años, de nacionalidad extranjera, con residencia habitual en Melilla. En su mayoría ha sido atendida en Urgencias de Atención Primaria y “acudía a este servicio por primera vez y, en la mayoría de los casos, acompañada de un familiar”. Las lesiones predominantes fueron físicas y psíquicas de carácter leve.
Análisis de la aplicación de un protocolo común
La reunión en el Ministerio de Sanidad celebrada la semana pasada tenía como objetivo el análisis del trabajo realizado desde que el 23 de abril de 2007 se aprobó el “Protocolo Común”. En ese documento se establecieron unas pautas de actuación normalizadas y homogéneas desde el ámbito sanitario en la prevención precoz, valoración y seguimiento de posibles casos de violencia de género.
Por parte de Melilla participó en el encuentro la directora del Ingesa, Sara Putato, además de responsables de la lucha contra la violencia de género en la ciudad. En representación del Área de Salud de Melilla acudió Ana Felicidad Egea, directora de Enfermería de Atención Primaria. Egea valoró de forma positiva la evaluación realizada por lo representantes de las diferentes comunidades autónomas, ya que se han producido “unos avances importantes de los que podemos aprender mucho”. No obstante, la directora de Enfermería de Atención Primaria en Melilla reconoció que las cifras de casos de violencia de género han ido en aumento en todas las comunidades. Por ello señaló “la importancia de la detección, de la prevención primaria, de llegar a cómo detectar esos factores de riesgo y cómo actuar sobre ellos desde la actuación sanitaria”.
Egea destacó que son prioritarios los programas de formación que se hacen en las distintas comunidades y, en especial, la sensibilización al personal sanitario, “que es la primera barrera para detectar la violencia”. De hecho, cuando se registran algunos parámetros que hacen sospechar que existe violencia de género, los profesionales de la sanidad en Melilla inician el seguimiento de la posible víctima hasta lograr, mediante la confianza, que ella pueda abrirse y, en ocasiones, expresan una situación de violencia que en muchas ocasiones no es física, sino psíquica y de graves consecuencias.