Tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra a los 96 años el pasado jueves, no ha tardado en aparecer en las redes sociales una comparación que indica que la monarca vivió lo suficiente como para "enterrar" a ocho presidentes de Estados Unidos y a cinco papas, y para ver "llegar" e "irse" a Los Beatles, y "levantarse" y "derrumbarse" el Muro de Berlín, pero no para ver "terminada la obra del Hospital Universitario de Melilla".
Aunque con un tono jocoso, la publicación hace una fuerte crítica a la demora de una obra que debía estar finalizada "específicamente para noviembre" de 2022, según lo que el Ministerio de Sanidad dijo a El Faro en el mismo mes de 2021, cuando la obra había tenido un avance de un 65%.
Entonces, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2022, recogió una inversión de 60 millones de euros en inversiones directas para Melilla, de los cuales una partida de 43 millones de euros iba dirigida al nuevo hospital de la ciudad.
En concreto, estos 43,1 millones de euros se dividen en unos 26,8 millones, que serán para las obras del Hospital Universitario; y otros 16,3 millones, para la dotación de equipamiento.
El año pasado se explicó además que el hospital abriría al público cuando finalizaran los trabajos de ejecución de la obra, y que se estaba "trabajando en diferentes aspectos de organización, dotación de equipamiento y plan de traslado para que su apertura sea en el menor tiempo posible".
Medio año después, en junio pasado, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) informó que las obras del nuevo Hospital de Melilla marchaban "a buen ritmo" y que estaba previsto que empezara "a tener actividad a partir de 2023".
De acuerdo con la directora del Ingesa, Belén Hernando Galán, el instituto ha desarrollado un "importante esfuerzo" para la construcción y la modernización de las infraestructuras "en el camino hacia la excelencia de la atención sanitaria y el buen desarrollo profesional".
Muera quien muera la vida continúa, y que yo sepa nadie es más que nadie como persona, por ello el mismo dolor de perdida tiene que ser para una reina como para el vendedor de prensa del barrio. Otra cosa es es la parafernalia con la que los gobiernos adornan sus políticas. Nadie debe de burlarse de ninguna muerte sea quien sea .Pero tampoco paralizar al mundo por la muerte de un ser humano.
Yo soy un profesional de montador de placas yeso laminado soy de Melilla y e trabajado en el hospital 4 meses y nos han despedido a varios profesionales incluyéndome a mi pra q la obra valla muy lenta para aprovechar de los fondos europeos y los que están trabajando hay o estuvieron lo saben que es un proyecto q no se sabe su fin
El que ha escrito la noticia, debería ir buscándose otro trabajo.
El valor de esta noticia es pésimo. Muestra poco respeto y un sentido de humor innecesario.