El calor se coló este Domingo de Resurrección en la Semana Santa de Melilla. Los penitentes sufrieron bajo los tronos del Cristo Resucitado y del Rocío, con el convencimiento de que si hay que sufrir, se sufre. En el otro lado de la ciudad, en la playa, se vieron los primeros bañistas de la temporada en una jornada en que los termómetros a pie de calle alcanzaron hasta los 28 grados pese a que alguno lamentó que ni Siri (asistente inteligente de Apple) pudiera adelantar lo que venía en camino.
El Faro ha salido a preguntar a los melillenses cómo llevan y cómo soportan estas altas temperaturas. La respuesta ha sido unánime: mucha agua y playa, que la tenemos al lado.
En un día como el que ha hecho este domingo, las botellas de agua y de refresco se convirtieron en el complemento ideal de la Semana Santa. Los melillenses buscaban la sombra y huían del hormigón a la intemperie. Este domingo tocaba sufrir y se sufrió.
"El suelo quemaba, pero necesitábamos un Domingo de Resurrección así después de dos años sin salir en procesión", comenta Rocío, una mantilla que lleva 31 años saliendo en los desfiles de Semana Santa y que debe su nombre a la cofradía en la que han procesionado sus padres durante años.
El primer sol de la primavera sorprendió en Melilla este domingo a la banda de música que acompañaba al Cristo Resucitado. Este año ha habido entre los cofrades incluso algún vahído.
"En alguna ocasión se han producido golpes de calor, pero nada que no se pueda solucionar con un poco de sombra y agua", explica Dani, uno de los músicos que acompañaban la procesión del Resucitado.
"Hacía un poquito de calor, pero las ganas que teníamos de Semana Santa, que estuvo suspendida por el covid, nos han dado fuerzas para poder estar aquí y soportarlo", explicó Ángel, un melillense que además de hidratarse bien, recomienda pedirle a la Virgen del Rocío para soportar mejor el calor.
"Hace calor. Mucha emoción sin poder salir. Muchos años esperando. El Domingo de Resurrección ha sido lo mejor", señala Pepe, que confiesa que ha pasado todo el tiempo echándose agua y refrescándose.
La de este domingo ha sido una de las procesiones más calurosas que se recuerdan en Melilla. Pero no estamos ante el tiempo más adverso. Hay testigos que recuerdan que una vez granizó en la ciudad durante los desfiles de Semana Santa.
Los 28 grados de este domingo han sido sólo un adelanto del verano que nos espera, pero todavía no es tiempo de guardar los abrigos. A partir de este martes, la Agencia Estatal de Meteorologías pronostica la vuelta a los días nublados y para el miércoles se espera lluvia.
Ganas de verano
Thais tenía ganas de verano. Por eso las altas temperaturas de este domingo la han pillado con toda la ropa preparada para la recibir los primeros rayos de sol. Ella estuvo disfrutando este domingo de la playa. Pero no era la única que optó por meterse en el agua, jugar al voleibol en la arena, descansar bajo una sombrilla en familia o degustar helados, a la sombra.
Tan rápido se metió el verano en Melilla que llamaba la atención ver a la gente bañándose en la playa junto a los chiringuitos que aún no han quitado las estufas del invierno pese a que el servicio de socorristas, que tantos dolores de cabeza dio el año pasado por el impago de sueldos de la empresa adjudicataria del servicio público, ha estado funcionando durante esta Semana Santa.
Laura, una de las socorristas contratadas este año, ha explicado a El Faro que no ha habido que lamentar ningún incidente en estas vacaciones y adelantó que vuelven en mayo.
Pero nunca sale el sol a gusto de todos. Fue el caso de Loli, que reconoce que el verano ha llegado este año antes y para ella eso es un incordio porque no lo soporta y no sale de casa con "la calor".
Para ella, lo mejor para pasar las altas temperaturas es optar "por cositas frescas". Lo mismo piensa Javier, que combate el calor dándose un paseo por la Semana Santa y bebiendo cerveza fresquita.
Él ha aprovechado sus vacaciones de Semana Santa para andar por el Paseo Marítimo y asegura que le ha venido genial que suban las temperaturas porque así ha podido disfrutar más de la ciudad.
Hasta la playa no sólo se acercaron este domingo quienes tenían ganas de darse un chapuzón. También lo hicieron muchos melillenses que aprovecharon la jornada, como Javier, para darse un paseo por la zona, practicar deportes o simplemente disfrutar del buen tiempo primaveral.