La misa rociera es un encuentro con Dios en un espacio muy especial. A esta eucaristía se puede venir vestida de flamenca, con flores en el pelo, o de corto sin llamar la atención. Es una oración en la que participan decenas de melillenses cristianos que viven la fe y desean compartirla con otras personas en la Mezquita del Toreo, con olor a albero y bajo la batuta de las sevillanas y cantes rocieros. Es una forma de cumplir con la novena dedicada a la Virgen de la Victoria en otro espacio que no es la iglesia del Sagrado Corazón.
Y aunque la Patrona no esté mirando de forma directa a los creyentes, cosa que sí ocurre en el templo en el que reside desde que su ‘casa’, la iglesia de El Pueblo está en obras, ella mira a cada uno de los corazones de los que oran en este encuentro.
Estos días de atrás la misa rociera ha estado rodeada de polémica. Siempre se había celebrado dentro los días festivos, pero se anunció desde el Ejecutivo local que se iba a desarrollar el domingo 25 de agosto. Finalmente, se sigue con la tradición y se organiza esta eucaristía dentro de las Fiestas Patronales que son un homenaje a la Virgen de la Victoria.
Los melillenses acudieron a esta cita con Dios rodeados de amigos y de familiares. Muchos aprovechan para llevar su traje de flamenca e ir acompañados de sus hijos para que vayan conociendo la tradición de esta misa.
Además de los dos coros rocieros, la celebración cuenta con bailarines que ofrecen sus sevillanas a la Patrona como una ofrenda más de su cariño.
El vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, destacó en la homilía que se cumplían 80 años del inicio de la II Guerra Mundial y que vivimos en una sociedad en la que se identifica la fuerza con la violencia. Pero explicó que la lección que deja Jesús en la lectura es que hay que ser hombres de paz. Dijo que ahora se entiende la trinidad como fuerza, poder y violencia cuando Dios asegura que son los mansos los que serán felices. “La caridad perfecta es soportar los defectos de los demás y no escandalizarse con ellos, sino mirarlos con humildad”, aseguró Resa, que remarcó que la fuerza es creadora y la violencia, en cambio, es destructora.