Durante la madrugada del pasado martes, los Bomberos de Melilla sufrieron una nueva agresión cuando se disponían a extinguir un incendio en Los Pinares.
El servicio se dirigía a apagar el fuego de unos contenedores de basura cuando fue apedreado. Los efectivos que se habían trasladado tuvieron que salir corriendo para protegerse de los proyectiles, abandonando las labores de extinción y proteger su integridad física. No es la primera vez que pasa.
Se están convirtiendo en demasiado habitual este tipo de sucesos, cometidos por jóvenes que encuentran divertido agredir a los bomberos cuando están realizando su trabajo. No es normal que estos tengan que comunicarse con la Policía antes de acercarse a alguno de los barrios de la ciudad por el temor a que se trate de una encerrona y los apedreen.
Hay que castigar con severidad este tipo de actos vandálicos, no se puede permitir que la situación se normalice. Además, es importante que los padres de estos chicos tomen cartas en el asunto y no permitan que sus vástagos se dediquen a este tipo de actividades delictivas.