A buen seguro que es la noticia no solamente de este mes de octubre, sino del año. Que al Melilla le haya tocado en esta ronda de la Copa enfrentarse al Real Madrid es como la Lotería de Navidad adelantada del 22 de diciembre al 31 de octubre. Nadie va a discutir, a estas alturas, los méritos que ha tenido el equipo después de pasar todas las rondas coperas y esperar la suerte del bombo porque, en definitiva, no es lo mismo que te toque el Real Madrid o el Barcelona que el Atlético de Madrid, el Valencia o el Sevilla por hablar de los conjuntos españolas que disputan las competiciones europeas.
Uno de los principales beneficios que va a obtener Melilla con la disputa de este partido es la publicidad gratuita que supone enfrentarse el mejor equipo del siglo XX y que además ha obtenido cuatro de las últimas cinco Champions, aunque la situación por la que atraviesa en estos instantes es de una profunda crisis, la más fuerte dentro de la etapa de Florentino Pérez al frente de la entidad madridista. Sin embargo, el Real Madrid siempre es el Real Madrid.
A partir de la semana que viene el nombre de Melilla no solamente comenzará a sonar en todo el territorio nacional, sino que en esta aldea global en la que nos hemos convertido gracias a Internet se situará la ciudad en un nombre mil veces escuchado o leído. Y así hasta después de la disputa del partido con las correspondientes críticas. El Madrid es una de las empresas, porque al final los clubes se han convertido en verdaderas empresas, que más seguidores tiene en el mundo. En los cinco continentes se habla, se vive y hasta se piensa por y para el Real Madrid. Al final se convierte en una verdadera religión.
Y como decía antes, al final al Melilla he la tocado la Lotería de Navidad adelantada. Este verano, en una conversación que mantenía con el presidente del Melilla, recién llegado al cargo, me decía que una de las principales prioridades que tenía junto con su equipo directivo era rebajar la deuda que mantiene el equipo y que supera el millón de euros.
Pues buena oportunidad va a tener ahora: si los cálculos no fallan y el Alvarez Claro presenta un lleno hasta la bandera, lo contrario no sería entendible a pesar de las protestas por el precio de las entradas, además de lo que se perciba por la transmisión del encuentro, el primer equipo de Melilla no va a bajar de los 400.000 euros de recaudación.
Unas cifras, por supuesto, que al menos le permitirán enjugar un tercio de esa deuda histórica que viene manteniendo la entidad con distintos organismos. Esa prioridad que se marcó Luis Manuel Rincón al comienzo de su mandato va a poder ir cumpliéndola, dedicando íntegramente todos los beneficios a este apartado concreto.
Melilla se prepara para vivir una gran fiesta y, por supuesto, es una oportunidad histórica que lo mismo tarda en repetirse mucho años y en los propios anales históricos quedará esa fecha del 31 de octubre de 2018.