- Mostró una tarjeta de residencia belga falsa
- La fiscal pide 6 meses para ella por falsedad documental
Dos hombres y una mujer se enfrentan a penas de seis meses de prisión cada uno. Ellos están encausados por ser los presuntos autores de un delito de tráfico ilegal de inmigración clandestina de personas. Ella, por un delito de falsedad documental. Los hechos llevados este jueves a juicio tuvieron lugar el pasado día 16, cuando los tres pretendían embarcar en un buque con destino a Almería. La mujer mostró una tarjeta de residencia belga y la Policía Nacional se dio cuenta de que era falsa. Según la acusación, los hombres que la acompañaban le dieron la documentación.
La primera en declarar fue la mujer, quien reconoció ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que compró los documentos a un “desconocido” para viajar a la península. Según apuntó, pagó en torno a 1.400 euros por obtener la tarjeta de residencia belga. No obstante, la encausada aseguró que no tenía constancia de que la documentación fuese falsa. La mujer, de origen marroquí, exculpó al resto de acusados al señalar que ninguno de los dos hombres le había facilitado la documentación. Según agregó, uno de los individuos era su pareja desde hacía seis meses.
“¿Tú me quieres?”
El siguiente acusado, el novio de la mujer, afirmó que desconocía que ella portara documentos falsos. Tampoco reconoció que hubieran contactado con el tercer acusado para que les facilitara la tarjeta de residencia belga. Según explicó, el segundo varón los acompañaba porque sabía que la familia de la mujer no veía con buenos ojos que un hombre y una mujer viajaran sin estar casados.
El individuo aseguró que quería casarse con ella y llevársela a Roquetas de Mar, donde se estableció tras la jubilación. No obstante, aclaró que nunca hubiera intentado viajar con ella de saber que la documentación que portaba era falsa.
“¿Usted habla árabe?”, le preguntó la magistrada. El procesado reconoció que no, pero aseguró que, a pesar de que ella tampoco hablase castellano, ambos podían conversar. “Por whatsapp nos entendemos perfectamente”, agregó el hombre. Al ver que la juez no estaba muy convencida, se dirigió a la acusada y le preguntó: “¿Tú me quieres?”. Sin embargo, la mujer se quedó callada.
Por otro lado, el segundo acusado aseguró que no había facilitado los documentos falsos a la mujer. “Yo nunca he hablado con ninguno de los dos sobre papeles”, dijo. Según expuso, pensaba que los documentos que portaba eran auténticos porque los tres cruzaron por el paso de Beni Enzar sin problemas.
El pasaporte verdadero
Por otro lado, el segundo acusado aseguró que no había facilitado los documentos falsos a la mujer. “Yo nunca he hablado con ninguno de los dos sobre papeles”, dijo. Según expuso, pensaba que los documentos que ella portaba eran auténticos porque los tres cruzaron por el paso de Beni Enzar sin problemas.
El último en declarar fue el agente de la Policía Nacional que se dio cuenta de la falsificación cuando la mujer mostró la tarjeta de residencia belga en el control del embarque. Según apuntó, la encausada también enseñó una denuncia en la que se decía que había perdido el pasaporte. Sin embargo, al registrar a los acusados descubrió que su pareja lo llevaba guardado en un bolso. Además, aseguró que la mujer le confesó a su compañero en árabe que los dos hombres le dieron el documento.
El caso ha quedado visto por la juez para dictar una sentencia.