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Ninguno de los dos equipos hizo méritos suficientes para conseguir la victoria
La UD Melilla y el Extremadura UD protagonizaron el partido de la jornada en el Grupo IV. Un encuentro que resultó muy igualado, pero que no cumplió con las expectativas creadas en cuanto al juego desplegado. El aspecto destructivo se impuso en todo momento al creativo a pesar de la calidad que atesoran ambos equipos en sus filas.
A pesar de intentarlo, los azulinos no estuvieron a la altura de las últimas comparecencias como local en cuanto a la propuesta con la que se suelen identificar. Faltó continuidad en la circulación de la pelota y sobraron segundas jugadas, que casi siempre ganaban los blaugranas. Tampoco se disparó entre los tres palos, y así es muy difícil ganar un partido. Manu García solo tuvo que intervenir en una ocasión para evitar que un balón entrara en su portería, y fue en un centro chut de Pepe desde el flanco derecho. Tampoco se prodigó el Extremadura en los lanzamientos a puerta y eso, también hay que reconocerlo, es mérito del trabajo defensivo del equipo.
En definitiva reparto justo de puntos que no desagradó a ninguno de los dos equipos, pero que obliga al equipo unionista a volver a sumar de tres en tres el domingo a partir de las 12:00 horas en el Álvarez Claro al equipo de la Universidad Católica de Murcia. Otro rival directo de la Unión Deportiva en la pelea por disputar el playoff de ascenso.
El partido comenzó con un ritmo de juego electrizante sin que hubiera un dominador claro. Alternativa en el juego y escasez de ocasiones fue lo predominante en los primeros compases. Después de algunos acercamientos sin apenas peligro, el central Pardo, en una incorporación al ataque, pudo hacer el 0-1 tras una falta botada desde el flanco izquierdo por Jesús Rubio que el zaguero extremeño cabeceó fuera en el segundo palo.
Fue lo más parecido a una acción de peligro a lo largo de un primer acto en el que el conocimiento del rival y el planteamiento táctico de ambos estrategas no daba lugar a la sorpresa. El juego, demasiado encorsetado y previsible, dejaba mucho que desear teniendo en cuenta los argumentos con los que cuenta tanto la escuadra azulina como la blaugrana.
Así las cosas y ante la falta de continuidad en el juego el interés se ciñó en la pelea en la parcela ancha del bien cuidado césped del Municipal melillense, dejando las espadas en todo lo alto en el intermedio de cara a la segunda parte.
La Unión Deportiva salió con una marcha más tras el paso por los vestuarios. De hecho, los primeros diez minutos del segundo acto se jugaron prácticamente en campo extremeño y fruto de ello llegaba el primer disparo con cierta intención de los azulinos por mediación de Pedro Vázquez, que se hacía con una pelota cerca del vértice izquierdo del área y disparaba raso muy cerca de la base del palo derecho del portal defendido por Manu García. Al filo de la hora de juego, Pepe dibujaba un centro chut que obligaba al meta visitante a emplearse a fondo para evitar que la pelota se colase por la misma escuadra. La réplica la ponía Kike Márquez con un disparo lejano que se marcha por encima del travesaño. Y casi a renglón seguido, en una contra visitante llevada por Kike Márquez, cedía la pelota a Airam Cabrera que enganchaba un zapatazo al que respondía de manera felina Dani Barrio para evitar un gol cantado. El juego volvía a equilibrarse y el Extremadura se sacudía el dominio local llevando peligro al contragolpe. Airám Cabrera finalizaba una jugada de contraataque con un disparo alto al que respondía un minuto después Rubén Martínez con una acción individual en la que se entretenía demasiado y daba tiempo a que un defensor despejara a córner.
Las defensas estuvieron muy por encima de los atacantes y la última acción de peligro llegaba por parte visitante en un arranque de Willy por la izquierda que Álex Barrera finalizaba algo forzado en el primer palo marchándose la pelota fuera a pesar de que el recién entrado reclamara al colegiado saque de esquina.
Los últimos minutos fueron de control por parte de ambos equipos, que no estaban dispuestos a dejar escapar el punto que habían defendido desde el pitido inicial. Al final justo empate en el electrónico que no disgustó a ninguno de los contendientes.