Cualquier mujer que quiera sentirse más segura con su imagen y ahorrar tiempo, necesita un personal shopper, que brinda asesoramiento personalizado en sus compras, ayudándole a seleccionar los productos que se ajuste a su estilo, presupuesto y necesidades.
Entrevistamos a María Martha Moscoso (Santa Cruz, Bolivia 1992), que vive en la capital de la moda, Milán. "Muchas veces me escriben mujeres que están pasando por una nueva etapa en su vida, que no saben bien por dónde empezar o que simplemente se sienten desconectadas de su estilo. Es ahí donde entro yo, les ayudo a tomar decisiones con más claridad, a tener un guardarropa funcional pero fiel a su esencia, y a disfrutar del proceso de vestirse. Para mí la moda no es sólo estética es una herramienta para sentirte bien".
-Usted lo lleva en el DNA...
-La verdad es que empecé de una forma muy natural. Siempre fui la amiga a la que todos le pedían ayuda para elegir qué ponerse, cómo combinar la ropa o dónde encontrar algo especial. En ese momento no lo veía como una carrera, simplemente lo disfrutaba.
Después de pasar por varias experiencias personales y profesionales, decidí dar un giro y mudarme a Milán. Allí estudié un máster en Fashion Buying & Merchandising, y fue en ese proceso donde descubrí que todo lo que venía haciendo desde hacía años tenía un sentido más profundo. Me di cuenta de que podía aplicar todo ese conocimiento a un plano más personal: ayudar a mujeres reales a tomar decisiones de compra desde un lugar consciente, funcional y estético.
-¿Desde hace cuánto se dedica a esta actividad?
-Oficialmente, hace un poco más de un año que me dedico exclusivamente a esto. Pero si me remonto a mis inicios, esto está en mi vida desde hace muchísimo tiempo.
En 2009, cuando todavía estaba en el colegio, tenía un pequeño emprendimiento donde yo misma traía ropa de proveedores de Estados Unidos y Brasil, y armaba los looks para mis amigas en Santa Cruz, Bolivia, que es de donde soy.
Después estudié en Estados Unidos, trabajé en showrooms y marcas italianas… Así que, aunque el título de “personal shopper” llegó después, este camino lo vengo recorriendo desde siempre.
-¿Qué estudiaste para ser personal shopper?
-Mi formación está muy enfocada al mundo de la moda y el retail. Estudié Retail Marketing en la University of Arkansas, en Estados Unidos, y más adelante me especialicé con un máster en Fashion Buying & Merchandising en el Instituto Marangoni de Milán.
Pero, sinceramente, más allá de los estudios, lo que realmente te forma en este trabajo es la experiencia con las personas. Ser personal shopper no es solo tener buen gusto o conocer marcas: es saber observar, escuchar con atención e interpretar lo que tu clienta necesita, incluso cuando ella misma no lo tiene del todo claro.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
-Lo que más me llena es poder ayudar a una persona a reconectar con su seguridad, con su esencia. Muchas veces me escriben mujeres que no se sienten bien con su imagen, que están atravesando un cambio o que simplemente no saben qué les queda bien.
Cuando logramos encontrar esas piezas que realmente reflejan quiénes son, es mágico. Verlas felices, seguras, sentir que se ven bien... eso es lo que más me conmueve.
También me encanta el proceso de búsqueda: descubrir piezas únicas, con calidad y alma, que cuenten una historia, me llena de entusiasmo.
-¿Qué características tiene una buena personal shopper?
Creo que lo más importante es la empatía. También tener un ojo entrenado, saber observar sin juzgar y ser muy honesta. No se trata de imponer tu estilo sino de entender el estilo del otro y ayudar a que lo potencie.
Una buena personal shopper no solo te acompaña a elegir qué ponerte, también te ayuda a tomar decisiones más inteligentes y más alineadas contigo misma. Es alguien que te escucha, te orienta y te da seguridad.
-¿Cómo estudias las tendencias?
-Me gusta observar mucho. Por supuesto sigo los desfiles, investigo lo que proponen las marcas y estudio los colores y materiales que vienen cada temporada. Pero también miro muchísimo lo que pasa en la calle, en las tiendas, y sobre todo cómo la gente interpreta la moda en su día a día.
Para mí, el verdadero análisis está ahí: en cómo las tendencias se adaptan a la vida real. Me inspira ver cómo las mujeres se expresan a través de lo que visten sin necesidad de seguir todas las reglas.
-¿Cuál es la diferencia entre moda y tendencia?
-La moda es algo mucho más amplio. Abarca cultura, historia, diseño, expresión. Es un lenguaje.
Una tendencia es algo más puntual, algo que aparece con fuerza en un momento determinado y que puede durar una o varias temporadas.
No todo lo que está de moda es una tendencia, y no todas las tendencias tienen por qué formar parte de tu estilo. Lo importante es saber elegir.
-¿Cómo se adapta una tendencia al estilo personal?
-Yo creo que todo empieza por conocerse. No todas las tendencias van con todos los estilos ni con todas las personalidades, y eso está bien.
Si una tendencia te representa o sentís que puedes incorporarla a tu estilo, genial. Pero si no, no pasa nada. No es necesario seguir todo. Es mejor tener claridad en tu estilo personal y adaptar solo lo que realmente suma y te hace sentir tú misma.
-¿Cuáles son las tendencias de este verano?
-Este verano vienen con mucha fuerza los tonos pastel suaves: butter yellow, wispy pink y azul cielo. Son paletas delicadas que transmiten frescura y serenidad, conectando directamente con la naturaleza, las flores, el mar y esa sensación de aire libre. Combinar estos colores con neutros clásicos aporta equilibrio y elegancia.
Vuelven los tejidos naturales como lino, algodón, gasas, crochet, macramé y flecos, que no solo son visualmente hermosos, sino cómodos y muy frescos. Y nunca puede faltar el bolso de rafia, ese accesorio infaltable del verano. Junto a él, destacan las piezas con piedras naturales, conchas, perlas y acabados artesanales, que aportan un aire orgánico y auténtico.
Más allá de lo clásico, hay otras microtendencias que están marcando agenda: los pantalones tipo capri y bermudas, estampados al estilo bandana, collares de resina, flip-flops y jelly shoes, y el regreso de piezas más estructuradas como las bermudas tailleur para crear looks elegantes y frescos.
Algunas de las tendencias de estilo que también marcan la temporada son el boho, ahora en una versión más pulida; la tendencia naked o sheer, inspirada en el naked dressing; y el toque náutico del llamado fisherman trend, con rayas marineras y accesorios inspirados en el mar.