El máximo dirigente de Prodein no conoce casos en los que la Policía de Marruecos utilice a delincuentes para acosarles, como apunta una asociación del país vecino. Un día después de que la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) denunciara que la Policía del país vecino acosa a los inmigrantes subsaharianos utilizando a delincuentes, el máximo dirigente de la ONG melillense Prodein, José Palazón, ha considerado que dichas afirmaciones “no son del todo exactas”, manifestando que no conocía ningún caso como los señalados por AMDH.
En declaraciones realizadas a El Faro, Palazón destacó que la mayor parte de las agresiones y otros ataques que sufren los subsaharianos en el país vecino suelen tener como principal motivo el racismo, al tiempo que insistió en que, según los testimonios que conoce, en ningún caso están dirigidos por la Policía marroquí.
El máximo dirigente de Prodein explicó que los inmigrantes que esperan una oportunidad para entrar en Melilla de manera ilegal son habitualmente objetivo de delincuentes comunes, quienes “se aprovechan de su situación al verles desamparados”. Además, insistió en que existe un elevado nivel de racismo. En este punto, la opinión de Prodein coincide con la de AMDH, desde donde también lamentaron las agresiones xenófobas hacia los subsaharianos.
Asimismo, Palazón destacó que estas agresiones suelen ser una de las causas por las que los subsaharianos pasan buena parte de su tiempo en el Monte Gurugú. “El 99% intenta ganarse la vida en oficios como la agricultura o la construcción, pero el racismo les pone las cosas muy difíciles”, lamentó.
Con estas declaraciones, Prodein se aleja de lo denunciado por la ONG marroquí, aunque ambas asociaciones humanitarias coinciden en varios puntos, como el hecho de que la Policía del país vecino conduzca varias veces hasta la frontera con Argelia a los mismos inmigrantes. Hay que recordar que el paso entre este país y Marruecos permanece cerrado, lo que deja a los subsaharianos en un limbo territorial del que no saben cómo salir, ya que no son bien recibidos en ninguno de los dos lados de la frontera. El resultado es, como apuntan AMDH y Prodein, que varias ciudades marroquíes se convierten en un continuo ir y venir de inmigrantes.
Además, ambas asociaciones también coinciden al afirmar que la complicada situación que les espera a los subsaharianos en Melilla ha provocado que algunos opten por quedarse en el país vecino a ganarse la vida trabajando. Muchos de ellos acaban instalándose en localidades marroquíes donde subsisten en unas condiciones difíciles y haciendo frente a una dura situación legal.